La Bolsa cuestiona la capacidad de Deutsche Bank de generar ingresos

Las acciones del grupo se hunden un 9,5% en dos días tras anunciar 18.000 despidos

La entidad alemana reducirá su plantilla a unos 74.000 empleados de aquí a 2022 EFE

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La dirección de Deutsche Bank ha diseñado un draconiano ajuste de empleo y negocios para tratar de reorientar a un gigante bancario que desde hace años deambula. La primera entidad alemana anunció el pasado domingo que despedirá a 18.000 empleados, una quinta parte de la plantilla, y abandonará actividades que ahora le son un lastre . Sin embargo, desde entonces las acciones del grupo se han hundido en Bolsa un 9,5%. ¿Acaso no es suficiente? Lo que el mercado cuestiona es la capacidad de Deutsche Bank para generar ingresos.

La crisis del banco se explica en gran parte porque durante años abandonó la banca comercial y de empresas y se volcó en la de inversión para intentar equiparse a los grandes bancos globales de EE.UU., alejándose de sus raíces. Los planes del consejero delegado del grupo, Christian Sewing , pasan ahora por reducir el peso de la banca de inversión, que le genera una escueta rentabilidad del 2%, y reorientar el banco hacia su tradicional negocio de empresas, que le da un retorno del 9%.

El plan de negocio contempla que fruto de esa reorientación, los ingresos del banco crecerán en sus actividades estratégicas de los 22.800 millones de euros de 2018 a 25.000 en 2022. Sin embargo, los analistas dudan que pueda elevar la facturación a ese ritmo al tiempo que reduce estructura y en un contexto de desaceleración económica y en el que los bajos tipos merman el negocio bancario.

«Dudamos de la consecución de estos ingresos porque el entorno tanto macroeconómico como de tipos de interés plantea dudas razonables en cuanto a su evolución», dice la directora de estrategia de Bankinter Securities, Marisa Mazo, que apunta que otro foco de dudas es la capacidad del banco de hacer ese ajuste, que implicará un coste de 7.400 millones, sin dañar sus niveles de capital. Más aún cuando ha garantizado que no ampliará capital.

En esa línea, los analista de Citi creen que el objetivo de rentabilidad fijado por la entidad -alcanzar un 8% en 2022- es «altamente improbable» que se cumpla, pues el recorte hará que el grupo se deje en el camino parte de sus ingresos.

Eficiencia insostenible

Deutsche Bank, cuyos ingresos entre 2007 y 2018 han caído casi un 18%, tiene dificultades para generar rentabilidad . Y esa incapacidad se debe, en parte, a la necesidad de reducir gastos: cualquier ajuste de capacidad reduce los costes, pero elimina también posibles fuentes de facturación.

Ahora bien, ese ejercicio de austeridad se antoja ineludible en un banco que en la última década ha disparado su estructura de gastos un 9,7%. Solo entre 2007 y 2010, al principio de la crisis, la plantilla del grupo pasó de 78.291 a 102.062 empleados. Los tres consejeros delegados anteriores a Sewing que se han ido sucediendo en el cargo desde 2012 han tratado de reconducir la situación anunciando ambiciosos ajustes de personal.

En los últimos tres ejercicio Deutsche Bank ha destruido más de 9.000 empleos, pero su plantilla actual (91.737 trabajadores) sigue muy por encima de los 78.000 que tenía en 2007. Sewing se ha comprometido ahora a reducirla a unos 74.000 profesionales y recortar los costes en 6.000 millones de euros.

«Por fin cogen el toro por los cuernos» , dice el gestor de fondos de Abante José Ramón Iturriaga, quien ve en el plan de reestructuración anunciado por Deutsche Bank «un primer paso en la dirección correcta» después de muchos años retrasando medidas de este tipo. «Es un banco con una ratio de costes sobre ingresos insostenible: o lo abordaban o desaparecían», explica.

La ratio de eficiencia de Deutsche Bank, que en la última década llegó a rozar el 135%, era en 2018 del 92,7%. O lo que es lo mismo, para generar 100 euros de ingresos debe gastar 92,7 euros. La cúpula del grupo aspira a mejorarla, mediante el recorte de gastos y la mejora de ingresos, al 70% en 2022. Aun así estará muy por encima, por ejemplo, de la actual media de la banca española (56%), la más eficiente de Europa, y del 50% que en el mundo financiero se considera óptimo.

Lo que Deutsche Bank no detalla es cómo afectará ese ajuste por países, pero teniendo en cuenta que saldrá de los negocios de intermediación de acciones y trading y rebajará su peso en banca de inversión, lo lógico es que se centre sobre todo en EE.UU., Reino Unido y Asia, donde concentraba esa actividad.

En cambio, en España, donde el grupo tiene 2.400 empleados y hace dos años estuvo a punto de vender su negocio minorista, decisión que finalmente revirtió, se ha ido especializando en los negocios que precisamente ahora va a potenciar.

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