Despidos y menos rutas en la portuguesa TAP tras perder 35 millones de euros por la huelga

Se anticipa ya una cadena de «salidas inducidas», es decir, incentivos económicos para favorecer la reducción de plantilla «voluntariamente»

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Mientras Avianca y Azul afilan sus garras para quedarse con la única aerolínea europea 100% pública, el Gobierno de Passos Coelho ya tiene sobre la mesa el coste global de la reciente huelga de TAP: 35 millones de euros. Una cifra que se propone compensar a golpe de tijeretazos, pues no están las cuentas del Estado para un cráter de tal calibre.

Los nuevos planes para sanear la compañía antes de culminar su privatización pasan por los despidos, la suspensión de rutas y la eliminación de horas extraordinarias.

Así, por ejemplo, el año pasado se inaguraban dos nuevos itinerarios directos desde Lisboa: Tallinn y San Petersburgo. Su escasa rentabilidad en estos meses los coloca en el disparadero de forma preferente.

Se confirma entonces uno de los principales temores de los trabajadores de TAP que no secundaron el paro: la disminución de la estructura de personal, una consecuencia más de la tozudez de los pilotos convocantes.

Estaba pactado desde el pasado mes de diciembre que la aerolínea no haría un ERE en un periodo de 30 meses, pero el recorte institucional se huele en diferentes formatos.

Por ejemplo, se anticipa ya una cadena de ‘salidas inducidas’, es decir, incentivos económicos para favorecer la reducción de plantilla ‘voluntariamente’.

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