JUAN CARLOS SOLER

¿Puede cualquiera vender un piso? Razones —de las inmobiliarias— por las que no deberías comprar a un particular

Aunque la crisis ha aumentado la picaresca entre algunos agentes inmobiliarios, los expertos aseguran que lo mejor es confiar en profesionales

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La «burbuja», ya se sabe, dejó tocado y hundido al mercado inmobiliario en España. Las heridas de la crisis en el sector de la construcción son profundas, de cicatrización lenta y difícil y sin aparente recuperación. Parece que el sector, que ya comienza a levantar cabeza, ha empezado a ver la luz al final del túnel y amaga con una leve —que jamás completa— mejoría.

El pasado lunes, de hecho, la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (Apei), celebró un encuentro en el que analizó la situación actual de este enfermo crónico que es ya el mercado de la vivienda. Un enfermo que según su presidente, Óscar Martínez, jamás volverá a ser el que fue. «El mercado ha comenzado a moverse.

Hemos tocado fondo y ahora hay que recuperarse y mirar hacia delante, con ganas». Las consecuencias del «boom» inmobiliario han sido, dice Martínez, «desastrosas» para el sector al que representa. «Llevo 37 años en el negocio y esta no ha sido nuestra primera crisis, pero sí la más fuerte. De hecho, el 70% de las inmobiliarias ha terminado cerrando».

Los despidos y el parón del mercado no han sido las únicas consecuencias para el sector de este frenazo del que habla Óscar Martínez. La falta de negocio ha incrementado, sin duda, la picaresca dentro de un sector en el que los menos profesionales han tirado del ingenio para intentar vender casas al mejor postor. «Necesitamos una regulación para luchar contra la picaresca en este mercado. Somos un sector que jugamos con dinero e ilusiones, y una mala práctica no solo tiene consecuencias negativas para el cliente afectado, sino también para nosotros». De hecho, ha sido esta picaresca de la que habla Martínez la que ha alimentado la desconfianza en los agentes inmobiliarios y en, para muchos, sus tácticas poco ortodoxas para conseguir una buena venta. La compraventa entre particulares se perfila, para muchos, como la mejor opción para lograr un mejor precio y evitar estafas, una decisión totalmente errónea para el presidente de Apei, que alerta de sus principales riesgos:

— Un particular no puede competir con los precios de un banco o de una inmobiliaria. El banco, según el presidente de Apei, tiene pisos más baratos y concede préstamos con mayor facilidad, algo que nunca podrá ofrecer un propietario.

— El particular solo tiene una casa: Es uno de los argumentos más fuertes de Óscar Martínez a la hora de defender la industria inmobiliaria. «En una agencia siempre verás un muestrario de pisos. A nosotros nos da igual el que te lleves y, si no te gusta uno, te enseñaremos otro que encaje con tus necesidades. El particular, sin embargo, querrá venderte su casa a toda costa».

— El particular no te dirá la verdad. A la inmobiliaria, dice Martínez, poco le importa que un piso tenga cargas, pues está en la obligación de informar al comprador en todo momento. Lo mismo ocurrirá con defectos del inmueble o el mal estado de la vivienda.

— El particular es inexperto. Hay demasiadas cosas a tener en cuenta a la hora de comprar una vivienda. Las cargas y otros asuntos legales son, para Martínez, imprescindibles a la hora de embarcarse en una 'aventura' de tales dimensiones. «Si la inmobiliaria es seria, que es lo lógico, estará pendiente de tus derechos».

— La inmobiliaria negocia mejor. Para el vendedor es tan difícil bajar el precio de su vivienda que pocas veces conseguirás negociar precios a la baja, apunta el presidente de Apei.

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