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Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank - afp

El Bundesbank descarta reestructurar la deuda española y ve mejor seguir con las medidas anunciadas

El presidente del organismo, Jens Weidmann, cree que el BCE ha «estirado al límite, incluso legal» su capacidad de actuación para reactivar la economía

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El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha recalcado que una reestructuración de la deuda pública en España no es una solución adecuada para sus problemas, y ha defendido que sería mucho mejor que el país siguiera con las medidas ya anunciadas.

Durante su participación en la Convención Anual de la Asociación de Mercados Financieros (AMF), Weidmann indicó que la reestructuración de la deuda pública es una medida "aceptable y permisible", ya que se basa en un mecanismo que permite funcionar el sistema.

Sin embargo, remarcó que, tal y como están las cosas actualmente, no es una buena solución, ya que una medida de estas características "tiene un coste" al alejar al soberano de los mercados de capital y elevar los tipos de la financiación.

Por ello, el presidente del Bundesbank considera que es "preferible" que los países sigan adelante con las medidas anunciadas e intenten encontrar financiación pública para salir de la situación en la que están.

"Esto me parece totalmente factible en España", subrayó Weidmann, quien añadió que no cree que nadie piense que la solución para el país sea alejarse de la política acordada.

El BCE ha estirado «al límite su capacidad»

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, cree que el Banco Central Europeo (BCE) ha "estirado al límite, incluso legal", su capacidad de actuación para reactivar la economía, y ha asegurado que "esperar que el crecimiento venga de los bancos centrales es esperar demasiado".

En su intervención en la Convención Anual Financiera 2014, Weidmann ha recordado que en un contexto de tipos de interés históricamente bajos como el actual el BCE puede utilizar "otros instrumentos, medidas no convencionales" para controlar la baja inflación o reactivar el mercado de crédito.

También se ha referido a los programas de compras previstos por el BCE, que cree que concentran en exceso la atención de los inversores y cuyo análisis impide debatir las cuestiones verdaderamente importantes; este programa del BCE "no es una receta mágica" que en cuanto se lleve a cabo garantizará el crecimiento.

Lo cual no quiere decir, ha indicado, en relación con las reticencias del Bundesbank ante estas operaciones, "que estén prohibidas", sino que existen unas previsiones de financiación monetaria que crean obstáculos legales a la compra de deuda soberana.

Detrás de estos obstáculos, ha señalado, hay motivos de peso que garantizan el correcto funcionamiento la unión monetaria. Weidmann no cree que la zona del euro atraviese un periodo de deflación sino una etapa prolongada con inflación muy baja, dos cosas muy distintas.

La clave, ha añadido, es saber cuál es la perspectiva de inflación, y antes de intervenir es necesario calibrar si es necesario o no, no depende sólo de que la inflación se instale en un determinado nivel, y posteriormente debatir cuáles son las medidas más eficaces, algo sobre lo que en el consejo de gobierno del BCe reina el consenso.

Y lo que sí puede hacer el organismo es cambiar el rumbo de la economía para que se encarrile hacia el crecimiento; la productividad no depende sólo de que el BCE inyecte fondos sin límite, ya que como puede verse hay países con abundancia de capital donde no hay elevados niveles de crecimiento.

Weidmann se ha referido también a la posibilidad de que en España se llegara a producir una reestructuración de la deuda pública, algo "aceptable, y permisible" que no obstante en su opinión "no sería la solución ideal".

Una decisión así, que Weidmann "no recomendaría", tendría un coste muy alto para España en términos de financiación, ya que tendría que pagar más y se alejaría de los mercados de capitales.

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