La bahía de las Palmas de Gran Canaria campo de regata para los Mini 650

Es norma de la organización de la Mini-Transat La Boulangère realizar actividades socioculturales en cada uno de los puertos donde recala, para que los aficionados y publico en general puedan conocer este tipo de regatas, a los marinos y la flota de los Mini 6.50.

La Etiqueta Azul, puesta en marcha en 1987 por los organizadores de la Mini-Transat, es una de estas actividades. La cual implica un doble compromiso de los solitarios participantes, su voluntad de respecto con el medio ambiente: no verter basura ni productos no biodegradables al mar; y que cada uno de ellos acepta ser apadrinado por dos clases de escolares, una de ellas de un colegio en Francia, y otra en un centro educativo de Martinica. En la edición de este año, los escolares de las Palmas de Gran Canaria se han unido a esta iniciativa de la regata. Cada patrón se compromete a contarles como ha sido su navegación en cada etapa; y el tema elegido es: “Proteger la biodiversidad marina”.

A todo ello se suma la navegación a bordo de los Mini 6.50, que hoy han realizado una regata en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria. “Todo funcionó a la perfección. Estamos muy satisfechos. La ciudad ha vuelto a demostrar que cuenta con profesionales y con infraestructura suficiente para acoger eventos tan destacados en el calendario de la náutica internacional como es la Mini-Transat”, explicó el concejal de Turismo, Pedro Quevedo, que supervisó en el muelle deportivo, acompañado del concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, el desarrollo de esta jornada de entrenamiento.

No acudieron el total de la flota que finalizó la primera etapa, muchos de los veleros aún les están arreglando desperfectos sufridos en la travesía. No por ello, fueron 62 barcos que salieron al mar con tripulaciones formadas por sus patrones y jóvenes locales que han podido disfrutar de una jornada muy amigable, en un ambiente cálido con unas condiciones de vientos ligeros.

El trío español de brigadieres también salió al agua con sus barcos: Miguel Angel Rondón, Pep Costa y Rafael Fortes; los cuales valoran positivamente la organización local de Las Palmas de Gran Canaria. De igual manera, el director técnico de la regata, Jean Saucet, felicitó el desarrollo de la escala en la capital grancanaria y trasladó al ayuntamiento “la profesionalidad de la organización” coordinada por las concejalías de Turismo y Ciudad de Mar con la colaboración de la Federación de Vela Latina Canaria, que ha cedido sus instalaciones, la Federación Provincial de Vela, el Club Náutico y el Club Victoria, además de empresarios del sector y la propia Marina de la ciudad.

Una semana les queda a los solitarios para afrontar la segunda etapa entre Las Palmas de Gran Canaria y Le Marin (isla Martinica), la más larga, de 2.700 millas náuticas que les supondrá unas dos semanas de ruta. Tras abandonar el archipiélago canario tendrán que subirse a la “autopista” del Alisio, vientos constantes que fluyen desde las costas africanas hasta las islas caribeñas.