Entrevista

Juan kouyoumdjian: «La Ocean Race me preguntó qué hacer en la próxima edición»

El argentino Juan K sigue en primera línea del diseño mundial, con el recientemente anunciado Swan 43 y tres SuperYachts de 56 metros en construcción

Carlos Pich

L a navegación oceánica sigue siendo una de sus especialidades, a parte de ser muy meticuloso en los diseños de los barcos de Copa América, aunque en los que participan en la edición que se celebrará en Barcelona en 1924, él no vaya a estar presente en el diseño de las naves de ningún equipo.

—Escuché un rumor sobre tu interés en que el Swan 80 como barco para la Ocean Race

—No fue un tema que yo me plantease, me llamaron de la Ocean Race para comentarme que hacer en la próxima edición, pues esta es lo que es. Se preguntaban sí hacer una clase alrededor del Swan 80 y yo les dije que sí pero no necesariamente one design, tal vez que el casco fuera one design y dejar una parte del diseño abierto para que equipos pudieran investigar y desarrollar sus propias ideas. Pero creo que ahora su idea es confirmar el IMOCA 60, y yo les propuse añadir una Clase Open donde participe cualquier tipo de barco. Eso permitiría ver maxis actuales y otros barcos nuevos que se están construyendo o se construyan en breve. Barcos de espíritu caza records, compitiendo en tiempo real sin rating. Creo que sería muy interesante para los seguidores y la industria náutica. Lo veo como un evento para propietarios, que en el entorno de la Ocean Race podrían estar muy interesados.

—Volviendo al Swan 80, ¿cree que el diseño actual es válido para la Ocean Race?

—Habría que revisarlo, pues el My Song es un barco inshore que se puede transformar en un crucero. Para la Ocean Race haría una versión más ligera, de regata pura y una modificación de los foils pensando en navegación offshore como los IMOCA.

—¿Tiene en mente algún diseño de un caza records?

—Algo más que una idea. Tenemos en marcha un proyecto muy interesante de un monocasco volador, pensado para el record de la vuelta al mundo. Se empezará a construir en mayo e irá al agua en septiembre 2024. No puedo hablar mucho, será un barco con autonomía para largas navegaciones. Pensando en el Trofeo Jules Verne, el meollo de la cuestión es que no se puede volar todo el tiempo, es un concepto para que el barco pueda volar el 40 % del recorrido y el otro 60% navegando sin volar, pero en modo asistido. Es un reto increíble, porque a diferencia de un AC tiene que navegar un mes o más en vez de 3-4 horas.

—¿No me daría algún detalle más que no sea “comprometedor”?

—Es un 90 pies de eslora, los timones son un foil más. No hemos definido todavía al 100 % el concepto del timón y su movilidad, porque cuando el barco no vuela necesitamos un timón sumergido grande. La complejidad de un sistema de elevación no me convence por su complejidad, pero estamos dándole vueltas.

—¿Y seguir el camino iniciado por los Ultim 32?

—Es distinto, pues en sus regatas de clase no pueden tener un sistema de vuelo asistido. Al no poder tener un flap tienen que recurrir a otras maneras para ajustar el timón, y elevarlos es uno de ellos.

—¿Hablamos de quilla canting y dos timones?

—No. Es un concepto interesante porque lo vamos a hacer sin quilla. No puedo hablar más porque estamos en medio de definir y crear el concepto, lo siento. Para el 40 % del tiempo de vuelo el barco no necesita una quilla, pero cuando no vuela necesita algún tipo de adrizamiento mecánico que ya veremos cómo será. No me pidas más.

—¿Cómo está viendo esta edición de la Ocean Race?

—Creo actualmente los IMOCA ya están muy fiabilizados, desde 2017 sus foils han evolucionado mucho, todos los barcos han roto foils y estructuras, se ha ido aprendiendo y ahora los barcos son más fiables. En lo que resta de la Ocean Race habrá roturas y averías, pero no creo que sean catastróficas. En el Gran Sur bajarán el ritmo, la clave de estos barcos es tener un promedio de velocidad alto y evitar riesgos. Creo que deberían terminar todos, tal vez el muy nuevo Biotherm pueda tener algún problema, pero confío que todos completen la regata. Hay que tener en cuenta que el factor de la tripulación es determinante en las roturas, si tú sales gas afondo lo rompes fácilmente, es directamente proporcional a como lo gestiona la tripulación. Por eso no me gusta la Vendée como diseñador, pues la gestión depende de una sola persona y navegando en solitario los patrones se encuentran en situaciones que humanamente es imposible gestionarlas. Hay una desproporción gigantesca entre estas máquinas infernales y competir en solitario en una vuelta al mundo.

—¿Qué le parece la tercera etapa de la Ocean Race tan larga?

—Yo soy muy favorable a una regata con menos etapas y más largas. Se llegó a la situación de hacer muchas etapas por el interés de los patrocinadores de los equipos y para la propia organización, porque sus inversiones se compensan en las paradas de los puertos. Pero creo que le sobran etapas, una muy larga como esta tercera y un total de 5 etapas me parece un buen equilibrio. La vieja escuela es vieja por algo, no todo lo viejo es malo. Mi visión o, mejor dicho, mi deseo, es que en la próxima edición haya 8 IMOCA, pues me parece aventurado pensar en diez o doce, y que se hiciera esa clase Open con cuatro o seis de estas bestias. La Ocean Race tomaría otro color.

—¿Proyectos IMOCA?

—Seguimos con los dos existentes. Al Corum le hicimos muchas modificaciones y va al agua en abril con nuevos foils, etc. Estamos pendientes de un nuevo proyecto que se organiza alrededor de nuestro diseño Arkea Paprec que se desarrollaría y actualizaría. Pensando en la nueva Ocean Race vamos a ver… Yo no voy a hacer más IMOCAs para solitarios. No me gusta, acompañaré a mis proyectos ya existentes, pero no haré más. Pero los IMOCA con tripulación me interesan y seguiré trabajando en ello. Son dos conceptos, dos barcos y dos modos de navegación muy distintos, me gustaría diseñar un barco específicamente para la Ocean Race, algo que empecé a pensar para un posible proyecto de Xavi Fernández.

—Hablando de barcos oceánicos, ¿qué le pasa con los Mini Transat y Class 40?

—Es casi imposible que diseñé un Mini 650 porque el coste de un buen diseño es más caro construir el barco caso vale el triple. Los Class 40 tienen un poco más de presupuesto, pero igualmente la proporción del coste de un diseño exclusivo es muy grande. No me compensa hacer un diseño sin poder dedicarle el tiempo que merece para poder venderlo más barato. Sinceramente, si me faltase trabajo tal vez lo haría, pero por suerte no es mi situación. El diseño bien afinado de un Mini es casi comparable al de un IMOCA, pero si solo el barco cuesta 6-7 millones de euros y añades los gastos de campaña, el coste del diseño queda muy diluido en el presupuesto total. En un Mini es utópico.

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