Nueva York-Barcelona: Con la lavadora en marcha

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Tras la retirada ayer del Spirit of Hungary de Nandor Fa, los cuatro barcos restantes de la IMOCA Ocean Masters New York to Barcelona Race están saliendo de la borrasca, tras haber ganando latitud Sur durante los últimos días. Ahora aprovechan esta borrasca para salir catapultados hacia el este en su travesía atlántica.

A primeras horas de esta mañana, los barcos han pasado justo al norte del centro de la borrasca, tras un radical role de 180 grados hacia el sudeste.

Todos los participantes viraron la rolada y siguen con viento del sudeste , esperando que arrecie de nuevo. Habiendo cogido el liderato ayer el Safran, Marc Guillemot y Morgan Lagravière fueron los primeros en realizar a las 2 de la noche la virada clave.

El veterano navegante Guillemot explicó: “Tan pronto como vi estabilizarse el barómetro, que indicaba que ya estábamos en el otro lado de la borrasca, desperté a Morgan y empezamos a cambiar la estiba interior del barco y luego viramos. Estoy muy contento cómo lo hicimos, el sitio y el momento”.

Los IMOCA llevan una carga de varios cientos de quilos en velas, recambios, comida, que sitúan en el lado de barlovento, para contrarrestar la escora del barco, y en las maniobras de cambio amura (viradas y trasluchadas) se cambia de un lado a otro del barco.

Con la mayoría siguiendo el tracking en directo de sus rivales, las tripulaciones tenían un ojo pegado en la ruta de sus competidores par ver cuando hacían la maniobra. El Hugo Boss lo hizo a las 04:43 horas, justo al noreste donde el Safran lo hizo tres horas antes. El co-patrón Ryan Breymaier explica cómo lo hicieron: “Sabíamos que condiciones de viento íbamos a tener. El ángulo de viento cambió muy rápido de 90º a 120º, y fue donde queríamos estar, tanto pronto estuvimos viramos”.

“El mayor problema de todo fue la carga”, continuo Breymaier. “La cambiamos toda correctamente, pero fue un poco contranatura porque el viento calmó mucho”.

Además del Safran, el gran beneficiado de estas maniobras ha sido el Neutrogena. Mientras el GAES Centros Auditivos y el Hugo Boss perdieron millas respecto al líder durante las últimas 24 horas, sólo Guillermo Altadill y José Muñoz acortaron distancias, ahora de nuevo a 75 millas del líder. Más relevante ha sido ganarle la tercera posición al GAES.

Más relevante ha sido ganarle la tercera posición al GAES.

Ahora los barcos han vuelto a condiciones del través a todo gas, similares a las que tuvieron ayer, solo que esta vez de la otra amura.

El triupulante de comunicación del Hugo Boss, Chros Museler, esta mañana describía así la vida a bordo: “Durante las dos úlimas horas íbamos con tres rizos en la mayor y trinqueta. Vamos a un través con bastante viento, pero no tan duro como fue ayer por la tarde”.

A las 13:30 horas, mientras los barcos salían pitando de la borrasca el través, Safran tenía una ventaja de 41 millas sobre el Segundo clasificado Hugo Boss. El barco francés le ganó millas a su rival desde que viraron, gracias a ser el primero en coger el Nuevo viento más favorable.

El siguiente punto estratégico para los barcos será pasar la puerta de seguridad de hielo, limitada por el paralelo 40º N,  que deben pasar más al sur. A las 11:30  el rumbo el Safran distaba 440 millas de ese límite.

A medida que los barcos se alejan del centro de la borrasca, el viento amainará a lo largo del día, y mañana los tripulantes esperan de nuevo una abanico de condiciones distintas, que la está convirtiendo en una transatlántica camaleónica.

Anna Corbella resumía telefónicamente esta mañana sus impresiones desde el GAES Centros Auditivos: “La noche pasada navegamos con 30-35 nudos de viento, y mar de proa muy incómoda, que fue pasando al través y disminuyendo de tamaño. La sensación era como estar en una lavadora, pero ahora de ha suavizado un poco. Por suerte no hace mucho frío. Los cambios de velas y maniobras nos impidieron mantener el sistema de guardias con Gerard, pero las recuperaremos con estas condiciones más estables y tranquilas. Ahora estamos navegando con dos rizos en la mayor y trinqueta, tratamos de empujar todo lo que podemos, pero el barco no da más de sí. Seguramente el Neutrogena está en su salsa con estas condiciones. Lo tenemos unas 9 millas a sotavento, pero no le vemos”.

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