Más de lo mismo

Será porque me gustan las guerras perdidas, o pensar que no hay que dejar de ilusionarse ni resignarse, que escribí hace unos en estas mismas páginas sobre las elecciones a Presidente de la RFEV.

Apenas unas horas tras haber enviado el texto al jefe Sardina, sospechaba que me malinterpretarían. Pese a las premisas que exponía de mi absoluto escepticismo del sistema electoral y los federativos, opinaba sobre la novedad que aportaba uno de los candidatos. Me gustaba el nuevo aire que aportaría a la fede, tal como expresé, pero mi sorpresa fue ver como el texto se utilizó en campaña. No dije nada para no remover más las cosas, y evitar servir de excusa en el incesante juego de continuos reproches entre candidatos.

Más allá de este detalle, pura anécdota sin importancia pero que en su momento me incomodó, he podido reafirmar cuánto escribí sobre mis escepticismos. “Somos lo que comemos” o “Tenemos los dirigentes que merecemos”, son algunos de los dichos que me asaltaban durante los meses que ha durado el espectáculo del proceso electoral. Ni el más optimista deseo de un cambio se ha cumplido.

Y no me refiero al aire fresco que pensaba podía entrar a regir la Federica, si no al talante que ha imperado en estas elecciones. La mala leche, el todo vale, los mensajeros para enrarecer el ambiente, desprestigiar a contrincantes, los juegos de intereses, el mamoneo durante el proceso electoral, etc., etc. Lamentablemente nada ha cambiado. Pero lo peor es que, siendo como es el personal involucrado, las nuevas heridas se suman a las muchas ya existentes. Como en todo buen programa de telebasura, tampoco faltan las denuncias presentadas ante la Justicia, tras las resoluciones de las interpuestas en los perceptivos estamentos deportivos.

No tengo claro del todo que papel debemos jugar los periodistas. Personalmente nunca he sido amigo de poner en marcha el ventilador en medios generalistas, siempre he tratado de ser prudente en los medios especializados de Vela y he huido de criticas a personas. Acaso pensando que el mejor papel que podía hacerle a Mi deporte era construir. A las personas nos cuesta cambiar, pero creo que esmerarse por mejorar un poco no es tan difícil. Me niego a seguir viviendo sin creer que el mundo merece mejorar.

Mis felicitaciones al nuevo Presidente y a todos los candidatos que pensaron aportar su grano de arena para hacer mejor nuestra vela.