La mala suerte del guerrero

Hablar de Pepe Ribes es hablar de vela oceánica de altura. El alicantino se estrenó en la competición oceánica en 2001, cuando en España hacía mucho que no se hablaba de vueltas al mundo. El equipo «Amer Sports One» le dio la oportunidad en 2001. Un equipo humilde para empezar algo que a él no le era extraño, ya que a Pepe siempre le hemos visto en las proas de los grandes maxis o de proyectos de altura desde que se hizo profesional a los 21 años.

El de Benissa (19-06-1971) tuvo que elegir este año entre la Barcelona World Race y la Volvo Ocean Race, porque las fechas coincidían. Se decantó por la regata española porque en la anglo-sueca no se acababa de perfilar un equipo español con garantías de hacer un buen papel. Pepe ya había probado suerte en la Barcelona World Race. Fue en la segunda edición (2010-11) en la que junto a Alex Pella patroneó el «Estrella Damm» y quedaron cuartos después de tener que parar a reparar en Wellington, llegando a Barcelona el 8 de abril de 2011 a las 08:45:59, por detrás del «Renault» de Pachi Rivero y Toño Píris. Eso le dejó un mal sabor de boca porque hasta Nueva Zelanda fueron segundos tras el «Virbac Paprec» de los franceses  Jean-Pierre Dick y Loïck Peyron.

En 2005 la Volvo Ocean Race salió desde España, concretamente desde la Ría de Vigo y Pepe se enroló en el primer VOR 70 español, el «Movistar», un barco que patroneaba Bouwe Bekking y que estaba lleno de extranjeros. Pepe fue su capitán, además de ser el proa. Llegando a Europa y después de muchísimos problemas con la quilla (defectos de fabricación), tuvo que abandonar el «Movistar» porque se hundía. En la edición de 2008 volvió a la Volvo Ocean Race a bordo del «Telefónica Azul», otra vez de capitán y de proa con una gran experiencia acomulada. Esta vez el barco lo coopatroneaban Bekking e Íker Martínez. Los fallos de navegación le dejaron con la miel en los labios y en el tercer puesto de la clasificación.

Y en la edición de 2011-12, después de la paliza de la Barcelona World Race, volvió al «Telefónica», esta vez con más españoles. Comenzaron muy bien yendo líderes durante toda la vuelta, con un solo problema en Hornos, que solventaron con una parada en medio del océano, pero a partir de ahí, los fallos de navegación y un exceso de velocidad hicieron que el tercer «Telefónica» perdiera el liderato y la vuelta al mundo.