El Submarino de Peral, trasladado al Museo Naval de Cartagena

Cartagena (Murcia) Actualizado: Guardar
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El Submarino de Peral realizaró hoy la que será su singladura definitiva. El prototipo del inventor cartagenero será trasladado desde su actual ubicación al aire libre en el Paseo del Muelle a su morada definitiva en el Museo Naval de Cartagena, para evitar su deterioro.

Los trabajos se iniciaron a las siete de la mañana, con la instalación de una grúa en el vial de acceso a la terminal de cruceros y puerto deportivo del Club de Regatas. Se trata de una grúa de 250 toneladas, con la que se izó el submarino, que tiene un peso de unas 30 toneladas y unas dimensiones de 22 metros de eslora y 2,71, de manga.

Una de las operaciones más complicadas del proceso, dado el estado de corrosión que presenta el prototipo en su base. Personal de las empresas encargadas de realizar el traslado supervisaron los puntos sobre los que se apoyaron las bragas de nylon que se utilizaron para evitar daños en el casco.

El sumergible fue depositado en un camión dotado de una góndola especial de transporte. Con el submarino encima, el transporte llegó a pesar unas 60 toneladas, medió 30 metros de longitud, desde la cabeza tractora hasta el final de la góndola, y tuvo una altura de cuatro metros y medio.

La operación más complicada de todas fue la bajada del Submarino desde la góndola para situarlo en la cama donde quedará expuesto. En ella se emplearon dos grúas especiales, dadas las reducidas dimensiones de la puerta de entrada y la altura de la nave, de unos diez metros.

El que será el traslado definitivo del Submarino de Peral no será el único que ha realizado el prototipo a lo largo de su centenaria existencia. Arrumbado durante cuarenta años desde su botadura en 1888, el sumergible fue carne de desguace en el gaditano Arsenal de la Carraca, hasta que en 1929, el almirante Mateo García de los Reyes, primer comandante del arma submarina española, logró recuperar el casco y remolcarlo por mar a Cartagena, instalándose en 1930 en tierra frente a la Base de Submarinos, tras retocarse su obra viva.

El 1 de diciembre de 1965, a petición del Ayuntamiento de Cartagena, pasó a constituirse en monumento popular en la plaza de los Héroes de Cavite, donde permaneció hasta el año 1991, en que fue cedido temporalmente al Pabellón de la Región de Murcia en la Exposición Universal de Sevilla 1992. Tras su regreso a finales de 1992, fue colocado nuevamente en las inmediaciones de los Héroes de Cavite.

Las obras de remodelación del muelle y la apertura de la ciudad al mar, propició en agosto de 2002 el traslado del Submarino a su actual emplazamiento, entre el Museo de Arqueología Subacuática y la Cámara de Comercio.

Estos años de exposición al aire libre del sumergible han hecho mella en el casco y en su estructura, muy deteriorados por la corrosión marina, que incluso amenazaba con su total desaparición, llevo a la Armada y al Museo Naval a proponer su traslado a un emplazamiento que permitiera su exposición y correcta conservación. Tras varios meses de análisis por parte de expertos, por fin se llevó a cabo este último y definitivo traslado al Museo de uno de los principales iconos de la ciudad, desde hace 47 años.

Peral, un cartagenero histórico

Isaac Peral y Caballero (Cartagena, 1 de junio de 1851 - Berlín, 22 de mayo de 1895) fue un científico, marino y militar español, teniente de navío de la Real Armada e inventor del torpedero submarino, conocido como el Submarino de Peral. Tuvo una intensa carrera en la Armada Española, interviniendo en la Guerra de los Diez Años en Cuba y en la Tercera Guerra Carlista, en las que acreditó pericia y valor, por lo que fue felicitado y condecorado. También destacó en trabajos y misiones de carácter científico: escribió un "tratado teórico práctico sobre huracanes", trabajó en el levantamiento de los planos del canal de Simanalés (Filipinas) y en 1883 se hizo cargo de la cátedra de Física-Matemática de la Escuela de Ampliación de Estudios de la Armada.

En 1885, tras la denominada crisis de las Carolinas, en la que Alemania intentó arrebatar este archipiélago a España, Isaac Peral se consideró en la obligación de comunicar a sus superiores que había resuelto definitivamente el reto de la navegación submarina. Tras un riguroso análisis de su proyecto por los más cualificados científicos de la mencionada Escuela de Ampliación, éstos dieron su aprobación para que fuese trasladado al entonces ministro de Marina, Almirante Pezuela, quien recibió el proyecto con caluroso entusiasmo. Por desgracia, los sucesivos ministros que le sucedieron, demostraron indiferencia o abierta hostilidad (Almirantes Rodríguez de Arias y Beránger).

Gracias al apoyo de la reina regente María Cristina, el submarino fue finalmente botado el 8 de septiembre de 1888. Sin embargo, a pesar del éxito de las pruebas de la nave, las autoridades del momento desecharon el invento y alentaron una campaña de desprestigio y vilipendio contra el inventor, al cual no le quedó más remedio que solicitar la baja en la Marina e intentar aclarar a la opinión pública la verdad de lo sucedido.

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