Casey Stoner, campeón con Ducati
Casey Stoner, campeón con Ducati - AP
MotoGP | GP de España

Así es Ducati

Jorge Lorenzo defenderá los colores de una marca familiar, detallista y muy leal que cuida cada producto con mimo y de forma artesanal

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Solo un título en su historial. Apenas 31 victorias desde que se presentara al mundo de MotoGP en 2003. Es el resumen de Ducati, la fábrica que ha decidido apostar por Jorge Lorenzo para construir un futuro brillante. Después de tres coronas con Yamaha, el piloto tiene un lienzo en blanco que pintar a su gusto en la marca italiana.

Afronta un cambio radical, no solo en el color. El balear deja Yamaha, con miles de fábricas por todo el mundo, para unirse a una empresa familiar con poco más de mil empleados. Se baja de un sistema de trabajo artificial y en serie para subirse a la manufactura y el mimo en los productos. Mientras un rival como Honda vende millones de motos en un año, Ducati apenas supera las 55.000 unidades. Abandona Japón, y defenderá la pasión íntima de la región de Bolonia. «Pero con mucho corazón y mucha lealtad. En Italia, Ducati es a las motos lo que Ferrari a los coches», dice para ABC Loris Capirossi, piloto de la marca entre 2003 y 2008.

Fundada en 1926 por los hermanos Ducati, la empresa pasó de la radiotransmisión  a las motos en los años 40. Despuntó en los 60 y 70 en Tourist Trophy (TT), y se hizo un nombre internacional en los 80 en Superbikes. A MotoGP llegó con un motor revolucionario y único en la parrilla, creado por Fabio Taglioni, el desmodrómico, que da nombre a la motos, Desmosedici. Un detalle que recoge la filosofía artesanal y detallista de la casa, que cuida sin robots cada producto. «Fue competitiva desde el inicio. Evolucionó en 2006, ganó en 2007 y Casey Stoner continuó sumando podios después», cuenta Manuel Cazeaux –ahora en Suzuki–, que fue ingeniero en Ducati con Nicky Hayden.

La versión de la Desmosedici a la que se subirá Lorenzo en 2017 es obra de Luigi Dall’Igna, un nombre familiar para el balear, pues de su mano acudió a Aprilia, en donde ganó dos títulos en 250cc. «Es una moto muy competitiva y lo hará bien», añade Capirossi, aunque sobrevuela la duda y el reto de si será capaz de domarla. Solo Stoner pudo con ella en 2007, y la victoria falta desde 2010. En el camino se quedaron Marco Melandri, Sete Gibernau o Carlos Checa. La más sonada frustración, Valentino Rossi, con tres podios en dos años. «Se produjo un choque de filosofías. Uno quería una cosa que necesitaba tiempo para desarrollarse. No cuajó», explica Cazeaux.

En el pasado, Taglioni tenía ideas, pero no recursos. En el presente se mantienen las buenas bases y el apoyo de Audi, que impulsa a la empresa desde 2012. En el futuro, esperan que Lorenzo complete el puzle del éxito. «Y tendrá apoyo. No hay muchos italianos que sean de Rossi y de Ducati a la vez. Los ‘ducatisti’ son muy leales.Lo defenderán», afirma Cazeaux. Y lo corrobora Capirossi: «Corrí para otros equipos, pero los ‘ducatisti’ me siguen llevando en el corazón porque defendí sus colores». Lorenzo entra en la familia.

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