Lorenzo vuela en seco

Bajo la diplomacia de una rueda de prensa contenida y seria, palpitan los nervios y las ganas de uno y otro. Se hablan en susurros, comparten confidencias, aunque no demasiadas. Son los focos de atención de un curso que se ha convertido en un duelo. Y las palabras funcionan también como acicate. Entre la velocidad de Jorge Lorenzo y la veteranía de Valentino Rossi hay 23 puntos en la clasificación. «Son bastantes, pero no suficientes», admite el italiano, consciente de que en el palmarés del español lucen cuatro victorias consecutivas, de Jerez a Cataluña. «Creo en la remontada», sentencia el balear, consciente de que ya se proclamó campeón en este mismo circuito el año pasado.

Las estadísticas juegan a su favor; la moto, también.

Marca con mano de hierro los entrenamientos del viernes en el Gran Premio de Aragón. Con medio segundo en la tanda de la mañana, con más de seis décimas en la de la tarde. Solo Marc Márquez, desde la barrera, estuvo con ritmo matutino para secundar a Lorenzo. Sin ser juez ni parte, el piloto de Honda solo quiere sumar los máximos triunfos posibles, y que sean las Yamaha las que se batan en duelo en la pista.

En la segunda tanda lo empujaron al límite tanto Dani pedrosa como Valentino Rossi, pero se sobrepuso a las presiones ajenas para firmar un fantástico rendimiento en seco (1:47'517) y volver a demostrar que a velocidad no hay quien le gane. Su distancia final con Rossi fue de casi siete décimas, ocho con Bradley Smith, Pedrosa y Márquez. Lorenzo suspira por un cielo azul que dure todo el fin de semana.