Waterpolo

España, contra una sequía de veinticinco años

España, que no consigue una medalla en waterpolo masculino desde Atlanta, se juega el bronce contra Hungría

Un momento del partido entre España y Serbia AFP

Pío García

Querían el oro, pero Serbia se cruzó en su camino . La selección balcánica, vigente campeona olímpica, ya había sido derrotada por España en la fase de grupos, pero en semifinales decidieron sembrar de minas la piscina del Centro Acuático Tatsumi y consiguieron que España no pudiera desplegar su juego más alegre y ofensivo. Aun así, la selección parecía tener el partido controlado, con mínimas pero estables ventajas en el marcador, hasta que llegó un último minuto fatal. Ese minuto de tensión, polémica, protestas y nerviosismo que los equipos balcánicos saben gestionar de una manera casi natural. Un balón de Álvaro Granados fue al palo y en el siguiente ataque, a falta de 26 segundos, Filipovic encontró un hueco imposible entre la selva de brazos que protegía la portería de Daniel López Pinedo. Ese 10-9 ya no se movería. El árbitro pitó falta en el último ataque español y de pronto el horizonte del equipo cambió: ya no era el oro sino el bronce, ya no era Grecia sino Hungría .

«Queremos esta medalla y la lucharemos. Nos ha tocado otro coco, como Hungría, pero si el equipo juega como ante Serbia estaremos orgullosos», sentencia el entrenador, David Martín . En los partidos por la medalla de bronce suele llevarse el gato al agua el equipo que antes se recupera mentalmente de la derrota en semifinales, en un reto más psicológico que estratégico . Ni siquiera habría que hacer demasiado esfuerzo de motivación: hace veinticinco años que la selección masculina de waterpolo no gana una medalla olímpica, desde el fabuloso oro de Atlanta 1996 que coronó a la generación de Manel Estiarte. En Tokio puede acabar esa sequía, aunque sea con un bronce, pero antes hay que derrotar a Hungría, una selección histórica de imponente palmarés: nueve veces campeona olímpica (la última en Pekín 2008) y tres mundial. En Río ocupó el quinto puesto. En la otra semifinal disputada ayer en Tatsumi, Grecia consiguió maniatar a los húngaros y endosarles un 9-6. «Pero vienen más frescos que nosotros -avisa Martín- y tienen mucha calidad. Aunque lo lucharemos y, acabe como acabe el partido, para mí España está haciendo unos Juegos de diez». Hasta la semifinal de este viernes, la selección contaba por victorias todos sus partidos en el torneo.

Por primera vez en la historia, ambas selecciones, tanto la masculina como la femenina, se habían colado en semifinales de unos Juegos, aunque ahí se han dividido sus caminos. Para no quedarse en el cuarto puesto, los chicos deberán ahora reponerse de una derrota muy dura, como reconoce Alberto Munarriz, uno de los pilares del equipo español, que ayer anotó dos goles. «Nos duele porque teníamos el partido controlado a falta de cuatro minutos, que es algo muy difícil con Serbia. No sé explicar lo que ha pasado . Somos conscientes de que lo hemos tenido cerca y se nos ha escapado», resume. Aunque al acabar la semifinal, Munarriz le seguía dando vueltas a esos minutos finales fatídicos prometía «olvidarlo cuanto antes»: «Intentaremos recuperarnos porque sabemos de la importancia del partido y es un medalla olímpica».

El partido por el bronce se disputará este domingo (6.40 hora española). En cualquier caso, España mejorará la clasificación que obtuvo en Río de Janeiro, donde fueron séptimos. Pero un metal consagraría a los Perrone, Munarriz, Granados y López Pinedo como legítimos herederos de la gloriosa generación de Manel Estiarte. Rollán, García Aguado y Miki Oca .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación