España - Kosovo

Sonó el himno de Kosovo en La Cartuja

Las normas de la FIFA prevalecieron por encima de la diplomacia y el derecho internacional y aunque España no reconoce a Kosovo como país, su bandera y su himno estuvieron presentes

Momento en el que suenan los himnos de España y Kosovo RAÚL DOBLADO
Ana Mencos

Ana Mencos

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Todo el ruido desencadenado al conocerse el emparejamiento de España con Kosovo quedó en un murmullo cuando finalmente en el estadio de la Cartuja ondeó la bandera kosovar y sonó el himno. Que los símbolos del territorio escindido de manera unilateral de Serbia estuvieran presentes en Sevilla era una duda hasta el lunes cuando la ministra de Exteriores Arancha González Laya señaló que «el fútbol es el fútbol y las reglas del fútbol las fija la FIFA», de este modo se zanjaba la polémica. También ondeó su bandera algo que hasta ayer no se sabía si pasaría. España no reconoce la independencia de Kosovo y aunque se respetaron las normas de la FIFA en lo que a símbolos se refiere se evitó usar no así su nombre oficial, República de Kosovo, y cuando se anunciaron los onces se aludió al equipo kosovar y al sonar los himnos se refirieron a los equipos de manera genérica.

¿Qué más se puede contar del ambiente de un partido sin afición? Llegar al estadio y encontrar aparcamiento fue algo tremendamente fácil en comparación con los atascos y las colas y sinfín de vueltas que en la época prepandémica había que sufrir para acudir a un evento en el estadio. Pero esta parte buena tenía la contrapartida de la tristeza de los alrededores y de las gradas. No se veían los tenderetes de venta de bufandas rojo y gualda ni los de pipas, algo tan típico del fútbol y que los encargados de mantenimiento de los estadios desearán que no vuelvan con los aficionados. Tampoco se veía llegar los ríos de aficionados que aprovecharían la agradable temperatura de este miércoles para pasear de camino al estadio, esas mismas personas que se debatirían entre ver procesiones o el partido de la selección en este Miércoles Santo.

Dentro, las gradas vacías hacían recordar los tiempos en los que este coliseo quedó en el olvido y casi condenado a la ruina, pero la apuesta de la Consejería de Deportes de Javier Imbroda ha devuelto el deporte y los eventos a este espacio aunque la pandemia mantenga a los aficionados alejados de ellos. Antes de que comenzase el encuentro clasificatorio para el Mundial de Catar 2022 el silencio lo rompía una buena dosis de rock español algo muy difícil de oír últimamente en los estadios y que los periodistas apostados en las filas más altas del estadio disfrutaban. De esa zona es de donde procedía la mayor parte del ambiente durante el partido. Desde allí era difícil oír los gritos de los jugadores apagados por las narraciones de los locutores de radio, y en los goles de España la megafonía anulaba el sonido de la cancha. Cuando marcó Kosovo tras el garrafa error de Unai Simón, los periodistas visitantes lo cantaron como auténticos hinchas.

Era necesario sumar los tres puntos para alcanzar el primer puesto que ocupaba Suiza en esta fase de clasificación en la que pensaba haber sumado nueve de nueve pero que el empate contra Grecia en Granada frustró.

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