Leo Suárez, inmenso todo el encuentro, roba un balón en el centro del campo y, pese a la tarascada de un rival, logra enviarle el balón a Toni. Alberola Rojas, gran arbitraje el suyo, aplica la ley de la ventaja y el fino interior pucelano traza una diagonal hacia el centro, levanta la cabeza y ve la entrada de Antoñito. Un balón elevado y un toque del jugador vallisoletano suponen el único gol del encuentro.
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