Fútbol

Víctor Valdés, una leyenda marcada por su mal carácter

Tocó la cima sin disfrutarla. Víctima de su mal humor, no supo irse del Barça ni regresar. Su etapa como técnico del juvenil ha durado 80 días

Víctor Valdés en su etapa como entrenador del Barcelona EFE

Sergi Font

Los genios nunca dejan indiferente a nadie. Víctor Valdés, considerado el mejor portero de la historia del Barcelona, sumó adeptos y detractores a partes iguales . Se ganó el respeto en el terreno de juego pero lo dilapidó lejos del césped en muchas ocasiones traicionado por su fuerte carácter y sus sorprendentes decisiones. Por este mismo motivo a casi nadie le extrañó que ayer fuera cesado de su cargo como entrenador del juvenil A del Barça, solo tres meses después de haber sido contratado. Una facción del barcelonismo considera que no supo marcharse en su momento ni ahora ha sabido regresar, mientras otra buena parte de la masa social culé admira su escasa maleabilidad y elogia su talante.

Amparado en la disculpa de que los porteros están hechos de una madera especial y conviven con cierta locura, ya tuvo un fuerte encontronazo con Van Gaal en su primera temporada en el primer equipo. Solo la intermediación del presidente JoanGaspart evitó su expulsión y salida del equipo por negarse a regresar al filial. No fue la única espantada de un futbolista que siempre confundió tener personalidad con dinamitar cualquier relación humana y profesional. Lo demostró en 2014 cuando, tras diez años defendiendo los tres palos del Camp Nou (cinco Zamoras, tres Champions, seis Ligas...), decidió no renovar su contrato. Se sentía peor tratado que Xavi, Messi, Iniesta o Puyol y no dio margen de maniobra al club. Pocas horas después de reunirse con la dirección hizo pública su marcha cuando aún le quedaba un año de contrato que cumplió.

A Valdés, ese niño que nunca quiso ser portero y que salía a escondidas en moto cuando jugaba en el Barça, le cambió la vida cuando se lesionó poco antes de quedar libre. « Mi salida no fue la deseada por culpa del tratamiento que tenía que seguir en Alemania y por culpa de mi carácter. Me aparté y me fui. La gente seguramente esperaba mucho más de alguien como yo . Seguramente me recrimino ciertas actitudes de este tipo de mi persona», reconoce, aunque volvió a tropezar con la misma piedra y mordió la mano de quien trataba de ayudarle.

El Mónaco , viendo el estado de su rodilla, le dejó tirado y Van Gaal acudió a su rescate, fichándole para el United. No asumió Valdés su estado físico ni que el holandés le relegara a la suplencia tras negarse a jugar con los reservas. Sus últimos estertores como profesional fueron unos meses en el Standard de Lieja y un año en el Middlesbrough , que dieron paso a su nueva etapa como entrenador, en el Juvenil del Moratalaz madrileño.

« Cambiaría muchísimas cosas . La única forma de enderezar todo con lo que no estás conforme es volviendo a nacer. No volvería a ser portero. No me ha compensado los años que he sufrido con lo que ha ido bien. Mi historia con el fútbol se resume en que me han hecho creer que servía para esto . Me autoconvencieron de pequeño. He llegado a la cima pero si tuviera que hablar de fútbol, te hablaría de miles de momentos de sufrimiento », ha dicho. Ahora ha vivido ochenta días en su antigua casa que no han dejado indiferente a nadie y han acabado con otra polémica salida.

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