Los ultras indignan a Italia

Roma ha vivido el enésimo episodio de intolerancia por parte de aficionados radicales del Lazio que utilizaron la simbólica figura de Ana Frank como insulto antisemita . La reacción ha sido de gran indignación en el país, hasta el punto de que el presidente de la República, Sergio Mattarella ha pedido la intervención del ministro del Interior, Marco Minniti.

El incidente se produjo en el estadio Olímpico de Roma durante el partido del Lazio contra el Cagliari el pasado domingo. Ese día la Curva Norte había sido cerrada, ya que había sido clausurada por dos partidos, a consecuencia de los coros racistas y antisemitas entonados por los aficionados ultras del Lazio contra los futbolistas Duncan y Adjapong , ambos de Ghana, durante el partido contra el Sassuolo, jugado el 1 de octubre. A los radicales blancocelestes se les permitió el pasado domingo que ocuparan el sector opuesto, la Curva Sur, donde se sitúan habitualmente los aficionados del Roma (ambos equipos, el romanista y Lazio , se alternan en el estadio Olímpico). Solo tuvieron que pagar un precio simbólico: un euro por cada entrada, una iniciativa del presidente del Lazio denominada «Combatimos el racismo».

Pero la ignorancia y banalidad del mal no conoce límites. Los radicales del Lazio pintaron las vallas acristaladas con frases, fotos y pósters antisemitas; y sembraron las gradas, tradicional feudo de los romanistas, de pegatinas con un fotomontaje que mostraba a Ana Frank con la camiseta del Roma , con ánimo de insultar a sus seguidores, a los que dedicaron frases insultantes: «Romanista maricón» y «Romanista hebreo», eran las más habituales, firmadas por los «irriducibili» (irreductibles), el sector más ultra del Lazio.

Los aficionados mas radicales del Lazio, y también del Roma, consideran el término «judío» como un auténtico insulto. El dato más sorprendente y que más ha irritado es que se utilizara como insulto antisemita la figura de Ana Frank, la niña judía alemana deportada al campo de concentración de Auschwitz en 1944. Con su «Diario de Ana Frank» conmovió al mundo, convirtiéndose en un testimonio imborrable y simbólico del Holocausto. Por eso, se ha considerado la utilización de su imagen como una intolerable indecencia y mezquindad , un acto vergonzoso que descalifica al ser humano.

El propio presidente de la República, Sergio Mattarella, calificó el hecho como «inhumano»: «Es alarmante para nuestro país, contagiado por la obtusa crueldad del antisemitismo» , dijo Mattarella. El ministro del Interior, Marco Minniti, a petición del presidente, ha prometido «dar con los responsables para que sean excluidos definitivamente de los estadios».

Innumerables han sido las reacciones de condena y de rechazo. El presidente del Lazio, Claudio Lotito, ha anunciado que el club enviará cada año 200 jóvenes aficionados a Polonia para conocer Auschwitz. Otras muchas propuestas se han hecho para luchar contra la intolerancia y el antisemitismo. La Federación italiana de fútbol ha anunciado que se guardará un minuto de silencio en todos los campos de futbol, durante la próxima jornada, al tiempo que se leerán algunas frases del «Diario de Ana Frank» . Será el mejor homenaje, y los espectadores podrán decir: Todos somos Ana Frank.