Monchengladbach-BarcelonaUn Barça más eficaz que brillante cumple en Alemania

Nunca nos habíamos enfrentado a este Borussia al que de niños llamábamos «Monchencláper», con esa facilidad que tenemos los españoles para destrozar los idiomas bárbaros; pero nos unió sentimentalmemte a él nuestro querido Simonsen y ahora también le debemos a Ter Stegen. El speaker del Borussia Park, en un bello gesto, deseó en su parlamento de bienvenida una pronta recuperación a Messi.

El partido empezó con el árbitro Skomina comiéndose un penalti por mano de Piqué en el minuto 3. Para compensar, Neymar falló clamorosamente un disparo cuando estaba prácticamente solo en en punto de penalti. Este brasileño es como todos: funcionan los primeros años y luego se van descolgando. Lo mismo que las domésticas sudamericanas: al principio parecen tu madre y al cabo de un tiempo empiezan a encadenar bajas médicas con excusas cada vez más demenciales.

En el minuto 10 también Suárez falló algo inexplicable, por precipitarse, aunque hay que distinguir que ni don Luis es brasileño, ni está en la fase en la que desgraciadamente ha ingresado Neymar.

El Barça lucía una equipación de un horroroso verde turquesa degradado, como de auxiliar de clínica dental de ciudad secundaria. Por la tele se confundía con el césped. Su juego era aceptable pero sin profundidad, y lo poco que tenía lo desperdiciaba, como otra vez hizo Suárez en el 20, tras una buena asistencia que le había filtrado Neymar. El Borussia, más o menos lo mismo, pero sin generar tanto, o más bien nada. En el 23, todavía Ter Stegen inédito. Magnífica afición local, con notables cánticos.

Pero en la Champions los errores se pagan muy caros y Busquets, el que no suele equivocarse, perdió un balón por la presión de Dahoud, que asistió rápidamente a Raffael para que galopara hacia el área contraria. Allí le regaló medio gol a Hazard, que sólo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red, en el minuto 33, sin que Ter Stegen pudiera hacer nada. El Barça, tras el gol, se puso nervioso en defensa y torpe en ataque, con un conjunto de titubeos de equipo que no lo está pasando bien. Hermosa pero estéril volea de Suárez en el 37.

Alcácer no aparecía, Neymar no interpretaba bien el partido y en cada contacto perdía el balón. Suárez no estaba fino. El Barcelona perdía pero el encuentro llegó abierto al descanso.

El segundo tiempo empezó con la lesión fortuita de Raffael, que tuvo que retirarse. Al Barça le costaba presionar lo suficiente al Borussia para encerrarlo en su área. Hasta Iniesta estaba impreciso. Alcácer estaba fuera del partido y fue cambiado por Rafinha. Luego Arda entró por Rakitic. Los de Luis Enrique lo intentaban pero sin demasiada fortuna hasta que en el minuto 65, Rafinha recuperó un balón, se lo dio a Neymar, y éste asistió a Arda, que por alto y sin pensarlo batió a Sommer.

Ocho minutos más tarde, en el 73, al portero del Borussia se le escapó un disparo que le había parado a Suárez y Piqué muy oportuno se hizo con el rechace para adelantar a su equipo. Más eficaz que brillante, el Barcelona cumplía con su cometido. Les salieron bien al técnico asturiano los cambios.

A partir de ahí, el Barça -salvo Neymar, que hace días que no entiende nada- jugó a tocar y tocar mientras un Borussia agotado se desesperaba. A pesar de que es cierto que en la Champions no hay nada fácil, fue algo deprimente lo que a los azulgrana les costó doblegar a un equipo que, por mucho que digan los que creen que entienden de fútbol, es decididamente menor.

Lo de ayer no basta para ganar al Madrid ni al City de Guardiola: Luis Enrique tiene todavía mucho trabajo por delante si quiere llegar al mes de abril, cuando todo se decide, en condiciones. Neymar vio una absurda tarjeta amarilla por protestar, en una demostración más de que estamos perdiendo a este chico.

«Será un partido importantísimo para mí, pero también para el Barça. Fue un placer compartir dieciocho años aquí y me alegro mucho estar de vuelta, pero esto no existe en el campo y lo que quiero es ganar. Soy cien por cien profesional», declaraba Ter Stegen este martes en la previa del partido en el que se enfrentará a su ex equipo. Un partido en el que sus antiguos compañeros no realizirán concesiones al guardameta porque el Borussia Monchengladbach necesita la victoria después de su derrota en el estreno contra el Manchester City.

«Será un partido muy especial para él, debe disfrutarlo y ojalá sea recibiendo muchos balones en su portería», afirmaba Somme, guardameta que ahora se encarga de ocupar el puesto dejado por Ter Stegen, que dejaba su casa hace dos años para fichar por el Barcelona. Titular indiscutible tras la marcha de Claudio Bravo, el meta alemán advertía de las armas que utilizará el Gladbach: «Tiene una presión alta y es algo que tenemos que controlar desde el principio. Para superarla, tenemos que tener una buena circulación del balón y marcar lo antes posible sería muy importante».

Tras la goleada sufrida ante el Manchester City en la primera jornada, el Monchengladbach confía en la fortaleza que muestra en su estadio para derrotar al conjunto de Luis Enrique. Sus diez últimos encuentros en el Borussia Park los ha saldado con victoria. Los alemanes también se agarrán al regreso de Raffael para soñar. Superados sus problemas musculares, el brasileño, uno de sus mejores jugadores del conjunto que entrena André Schubert, será titular.

El Barcelona visita al Monchengladbach con el objetivo de lograr la segunda victoria consecutiva en la fase de grupos, lo que le daría cierta tranquilidad a la hora de encarar el doble enfrentamiento contra el Manchester City. Sin los lesionados Lionel Messi y Samuel Umtiti, Luis Enrique recupera a los titulares a los que dio descanso en Gijón, en el último partido de Liga. Así, regresan al once Mascherano, Jordi Alba, Iniesta e Rakitic.