José Callejón
José Callejón - EFE
Nápoles

La madurez de José Callejón

A dos semanas de regresar al Bernabéu, el exmadridista alcanza la mejor versión de su carrera

MADRID Actualizado: Guardar
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Salvos excepciones, que las hay, el tramo entre los 26 y los 32 años suele ser el de mayor lustre de un futbolista. La experiencia ya acumulada genera en el jugador un valioso «background» que utiliza sobre el terreno de juego como en ninguna otra época. Lo hace de la mano de su cenit en condición física. Inteligencia y piernas en su máximo esplendor para mostrar el pico más elevado de rendimiento. En ese punto tan bonito se encuentra José María Callejón (11 de febrero de 1987), cuya cuarta temporada en el Nápoles roza la matrícula de honor. Diez goles y once asistencias en 30 partidos. Números de «fuoriserie», que es lo que es desde que Higuaín dejará el pasado verano en la caja de San Paolo noventa millones.

El vacío del argentino lo ha ocupado el trabajo y el talento de este motrileño criado en la cantera del Real Madrid y cuyo salto de calidad de esta temporada le ha asentado como fijo en la selección de Julen Lopetegui.

La semana pasada, Callejón volvió a dejar su sello con un oportuno gol ante la Fiorentina en los cuartos de la Copa italiana. Un tanto que clasificó al Nápoles para las semifinales, manteniendo muy vivo al equipo en las tres competiciones y restando una hoja más a un calendario en el que tiene marcado el 15 de febrero con rojo fosforito. Ese día, Callejón volverá a su casa, al Bernabéu, para medirse al Real Madrid en la ida de los octavos de la Champions: «Será una eliminatoria muy bonita. Me hace muy feliz regresar al Bernabéu», le dijo el motrileño a su círculo más íntimo nada más conocer el emparejamiento el pasado mes de diciembre.

En el coliseo blanco, a Callejón le espera una ovación con visos de sordera momentánea. Criado en «La Fábrica» desde los quince años, junto a su amado hermano gemelo Juanmi, tras desestimar una oferta para la Masía, le llegó su gran oportunidad con el primer equipo entre 2011 y 2013. Durante dos temporadas, la figura de Callejón caló hondo en vestuario, club y afición: «En el Madrid me educaron y me dieron una formación. Siempre le llevaré en mi corazón», confesó el motrileño en una entrevista con ABC en mayo de 2014. Entonces, acababa de nacer su hija India, que vino «con un pan debajo del brazo», como el propio jugador reconoció a este periódico: una Copa de Italia y la Décima en Lisboa, donde Callejón estuvo presente junto a su Marta Ponsati. En la capital lusa, junto su esposa disfrutó viviendo in situ como el equipo de su vida y sus íntimos amigos Arbeloa y Xabi Alonso lograban tan ansiada Copa de Europa.

Querido en Nápoles

Ahí reside otro de los secretos del futbolista granadino. Su fiel círculo de amistades y su familia. En su etapa en el Español (2008-2011) conoció a la que desde junio de 2015 es su mujer, con quien tiene tres hijas: Paula, India y Aria, nacida hace solo un par de meses. Cuatro mujeres que hacen de la vida de Callejón un paraíso de amor y felicidad, lo que repercute para bien en el terreno de juego. Además, en Nápoles se siente como en casa. Allí ha aumentado por partida doble su familia y se siente muy identificado con la ciudad y con los «tifosi», que le adoran. Es verdad que al principio le costó aclimatarse a una ciudad bastante caótica por el tráfico, y aprender el idioma también le supuso una pequeña zancadilla, pero ninguno de ambos obstáculos impidieron la explosión de Callejón en el Nápoles, donde a sus 29 años ha encontrado su madurez personal y futbolística.

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