Atlético-Real Madrid

Griezmann, a la caza del Balón de Oro de Cristiano

El francés, principal argumento ofensivo del Atlético de Simeone, tiene como referente al astro portugués y sueña con igualar sus registros

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Antoine Griezmann, 24 años, jugará ante el Real Madrid ( 20.30 horas, Movistar+) su primer partido como candidato oficial al Balón de Oro. De acuerdo que hay 58 candidatos más y que sus opciones de colarse entre los tres finalistas que se jugarán el trofeo en enero son remotas. Pero desde ayer, el delantero francés está un poco más cerca del objetivo que se marcó la pasada temporada, cuando aseguró que no pararía hasta alcanzar el nivel futbolístico de Messi y Ronaldo.

Cristiano, claro está, también está en esa lista de 59 futbolistas. Él sí estará seguro en Zurich al comienzo del próximo año, acabe ganando o no su cuarto balón dorado. De momento, hoy pasará de referente a rival en el derbi entre Atlético y Real Madrid.

Griezmann y Cristiano, máximos goleadores de sus respectivos equipos, serán los jugadores más buscados por sus compañeros. El portugués, en un inicio de curso bastante singular, suma cinco dianas en Liga, aunque todas ellas logradas en un solo partido (Español). Su falta de acierto en los otros cinco choques que ha disputado ha provocado alarma y debate a partes iguales. Aunque cuanto más cuestionado es el luso mejor responde al partido siguiente, que además suele coincidir con uno de Champions. Tres goles al Shakhtar y dos al Malmoe mantienen sus registros con Benítez al nivel de otras temporadas y le acaban de convertir en el máximo goleador de la historia del Real Madrid, superando al también legendario Raúl.

Sus estadísticas personales son incuestionables, y el Atlético es un equipo ante el que Cristiano se siente cómodo. No suele fallar ante el rival capitalino. Ya le ha hecho quince goles desde su primer partido en 2011, aunque siete de ellos han sido de penalti y solo cuatro del total los hizo en el Vicente Calderón.

Griezmann, por su parte, ya ha puesto su firma a cinco goles esta temporada, casi la mitad de los que lleva el Atlético. El año pasado, en su primer curso como rojiblanco, solo había celebrado un tanto a estas alturas. Y en Champions. En la competición doméstica no se estrenó hasta la décima jornada, pero cuando por fin rompió el cascarón se convirtió en imparable.

Sufrida adaptación

El francés sufrió en sus primeros meses a las órdenes de Simeone. Convertido en el primer defensor del equipo, la exigencia física del técnico le agotaba y empezó muchos partidos desde el banquillo. Pese a sus problemas Simeone no le dejó nunca sin minutos. Poco a poco Griezmann fue dando más y por fin explotó en diciembre del año pasado, con un triplete histórico ante el Athletic en San Mamés.

Desde ese día el francés es otro. Su cara de preocupación al principio de curso dio paso a una sonrisa perenne que aún le acompaña. Acabó con 25 goles, lo que le valió el tercer cajón en la lucha por el trofeo de máximo goleador, cada vez un poquito más cerca de Cristiano y Messi.

Al francés el Madrid tampoco se le da mal. Le marcó en dos ocasiones con la Real y el año pasado, ya como colchonero, logró uno de los tantos en el 4-0 del Calderón y le dio a Torres las dos asistencias de gol con las que el Atlético eliminó a los blancos en la Copa.

Griezmann disfruta tanto de la celebración del gol como del hecho mismo de marcar. Le gusta salirse de la norma e incluso imitar a otros delanteros a los que admira. Aún no le ha dado por saltar o gritar como Ronaldo, aunque quién sabe si solo está esperando el momento adecuado.

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