Arde la portería del Barcelona

Ser entrenador del Barcelona no es tarea fácil. Son muchas las decisiones que se han de tomar desde el banquillo y muchas veces resulta complicado ser justo. Sucede en el caso de Luis Enrique y la portería, donde asoma el primer gran dilema de la temporada: ¿Ter Stegen o Bravo? Un escenario que no es nuevo para el técnico asturiano, que ya se vio en una encrucijada igual hace un año. Entonces, lo resolvió repartiendo los minutos. Pero, esta vez, los dos guardametas no se conforman y aspiran a tener más protagonismo.

La primera señal de que Luis Enrique no lo va a tener fácil la ofreció Ter Stegen antes de la gira norteamericana. Concretamente, once días antes de que concluyeran sus vacaciones, el alemán apareció en la ciudad deportiva y anunció que se uniría a sus compañeros por la tierra de Obama.

«Quiero jugar más», repite desde ahí. «Quiero preparar mejor la temporada, porque va a ser muy larga, y luego el míster decidirá», añade. De momento, ya ha jugado sus primeros minutos frente al Manchester United en el segundo choque de la gira.

Ter Stegen, de 23 años, fue la gran apuesta de Zubizarreta para sustituir a Valdés, pero Luis Enrique exigió también otro portero más veterano para completar la plantilla. Después de rotar durante la pretemporada, el técnico acabó apostando por el alemán en Champions y Copa, dejando la Liga para el chileno. Ahora, Ter Stegen ya no se conforma con jugar los miércoles y quiere tener su cuota de protagonismo también los fines de semana. Su rendimiento fue casi inmaculado, más allá de un pequeño fallo en París el día de su debut en Champions. Luego, se convirtió en una muralla y en una de las claves del triunfo final en Berlín. De hecho, una parada suya ante Lewandowski ha sido escogida entre las diez mejores de la temporada en la Liga de Campeones.

Bravo, con calma

La iniciativa de Ter Stegen no ha tenido respuesta por parte de su «rival» en la portería. Después de conquistar brillantemente la Copa América con su selección, Bravo piensa apurar sus vacaciones hasta el final y no se incorporará al grupo hasta la primera semana de agosto. «Si estuviera preocupado, cogería un avión y me iría a entrenar», ha enfatizado desde Chile.

Bravo parte con cierta ventaja después de convencer a todo el mundo con su solvencia en la portería durante la pasada Liga. Se le miró con lupa, pero el chileno salió más que airoso de la dura prueba que supone la portería del Camp Nou y acabó transmitiendo mucha seguridad, tanto a compañeros como a la grada. Sus paradas sumaron puntos, convirtiendo en buena la apuesta de Luis Enrique. El técnico no ha querido desvelar cómo irá la rotación entre sus porteros esta temporada. Si piensa repetir la fórmula o no, solo lo sabe él. A Bravo no parece preocuparle demasiado y confía en su experiencia para volver a ganarle la partida a Ter Stegen, al menos en el campeonato doméstico, el que le asegura más titularidades. Pero con el talento y el empuje del alemán no se puede fiar. Es la apuesta de futuro del club, pero Luis Enrique debe decidir si a corto o medio plazo.