Cavani, entrenándose con su selección
Cavani, entrenándose con su selección - afp
Copa América

Cavani se echa a Uruguay a las espaldas

Ante la ausencia de Luis Suárez, se ha convertido en la referencia del actual campeón de la Copa América

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Cada cosa tiene su tiempo y su momento». Hace algunos años, cuando recordaba sus primeros pasos en el fútbol, el uruguayo Edinson Cavani recurrió a una frase que puede ser poco original, pero que define la manera de afrontar su carrera y su vida. Hoy, a pocas horas del debut de Uruguay en la Copa América 2015, el tiempo y el momento de «El Matador» parecen haber llegado. Porque con Diego Forlán ya retirado de la selección y con Luis Suárez aún sancionado por el mordisco que le propinó al italiano Chiellini en el Mundial de Brasil, el goleador del París Saint Germain afronta su primera gran competición como referente absoluto del ataque celeste, la carta ganadora de un equipo que sueña con defender el título de campeón.

«Me toca asumir la responsabilidad, y me parece linda, porque además me llega en un buen momento personal», dice el delantero, que a los 28 años ya se siente con la madurez suficiente como para dejar de ser el «escudero» de la figura del equipo y convertirse en el portador de la ilusión «charrúa». Cavani llega a la Copa América tras una excelente temporada, en la que fue campeón de Liga y Copa con el París Saint Germain sumando 31 goles en los 53 partidos disputados en todas las competiciones. Y sabe que los hinchas uruguayos esperan que la racha continúe con la celeste.

«En el proceso con el Maestro (Óscar) Tabárez pude jugar diferentes competiciones desde hace años. Eso me ayudó a sumar partidos, ganar experiencia y consolidarme en la selección», analizó el goleador. «Ahora sé que tengo que cuidar la imagen que he conseguido, pero también que dar lo mejor y salir a la cancha con la voluntad y las ganas de siempre es una tarea de todo el grupo, de todos los compañeros», añadió.

Creyente y tradicional

Profundamente creyente y aferrado a la familia y las tradiciones, tanto que continúa yendo a pescar a su ciudad natal cada vez que el calendario futbolístico se lo permite, Cavani ha hecho del sacrificio uno de los baluartes de su carrera. «Cuando era chico me gustaba correr arriba y abajo, ayudar a los demás», dijo alguna vez, y ese sacrificio le garantizó siempre un puesto en las últimas convocatorias del entrenador "charrúa", aun a costa de no ocupar su mejor posición en la cancha para permitir el lucimiento de Suárez o Forlán.

«El Matador» (apodo heredado por cierto parecido físico con el legendario argentino Mario Kempes, aunque su modelo de goleador fue Gabriel Batistuta) nunca buscó el lucimiento personal, «porque lo más importante es el grupo, si al grupo le va bien, a todos nos irá bien». Pero esta vez sabe que serán los demás quienes, de alguna manera, jugarán para él, tal vez para ayudarle a alcanzar la consagración definitiva con su selección.

De hecho, si finalmente Diego Rolan le acompaña en el ataque el sábado ante Jamaica, será el delantero del Girondins de Burdeos quien modifique su posición habitual para abrir los espacios que Cavani necesitará para romper las redes rivales. Y Cavani se siente en condiciones de responder. Se nota en su actitud, en la manera de asumir la nueva condición de ídolo y referente del equipo. Se hizo evidente la noche de la llegada de Uruguay a Antofagasta, cuando su nombre fue el más coreado por los hinchas presentes. Y quedó ratificado hoy, en la rueda de prensa que compartió con Nicolás Lodeiro y Cristian Rodríguez, cuando fue el centro de las preguntas.

Ahí, en esos detalles, se evidencia que a la Copa América viajó un Cavani «diferente», confiado y decidido a todo. El nuevo líder que necesita la celeste para estirar su reinado en el continente.

Ver los comentarios