Messi salva a Luis Enrique

El Barcelona, tan deprimido que estaba, revierte la tendencia y sonríe al tiempo que lo hace Leo Messi, que viene a ser el que decide en todos los sentidos. Hay brotes verdes en el conjunto azulgrana, disparado en la Liga y a un solo punto del Madrid y también clasificado para las semifinales de la Copa del Rey, y respira Luis Enrique ahora que le da el viento. Se lo debe, básicamente, al calentón del argentino, decisivo en la goleada del domingo en San Mamés.

Messi se cansó de ejercicios mediocres y asumió el liderazgo de un grupo que andaba a la deriva. Al Barcelona se le inspeccionaba con lupa porque siempre, al menos en estos tiempos, se le comparará con aquel equipo de leyenda de Guardiola, mal negocio para cualquiera que esté en el banquillo.

Con Luis Enrique, los números camuflaban un inicio dubitativo en las formas y llegó el desastre en Anoeta con la derrota ante la Real Sociedad.

Fue no hace tanto, el primer partido de 2015, y de ese 1-0 se rescata la polémica por la suplencia de Messi en San Sebastián. El Madrid había perdido antes en Valencia y Luis Enrique dejó a la estrella en el banquillo. Hay que destacar que Messi tuvo más vacaciones que el resto y se acababa de incorporar, pero esa decisión levantó ampollas.

Y más cuando se desveló que durante la semana hubo un pique entre ambos durante un entrenamiento. Quedó patente que Messi y Luis Enrique no mantenían una buena relación, aunque ambos traten de restarle importancia al asunto. Fue Mathieu el que reconoció la pelea.

Desde Anoeta, el Barcelona ha ganado cinco partidos seguidos en Liga y ya está pegado al Madrid. Desde Anoeta, una derrota que derivó en la destitución de Andoni Zubizarreta y que obligó a Josep Maria Bartomeu a convocar elecciones, Messi lleva siete goles y está más cerca de Cristiano Ronaldo. Desde Anoeta, Luis Enrique ya respira y su Barça parece que juega mejor.