Fórmula 1 | GP de Estiria

Ferrari, en estado calamitoso

Leclerc y Vettel chocan con un coche pésimo. Victoria de Hamilton. Sainz, noveno y vuelta rápida

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El panorama de la Fórmula 1 se aclara en la segunda carrera, con la primera victoria de Hamilton y la calamidad de Ferrari. El escalafón se ordena así: Mercedes, intocable en el pedestal con el coche más veloz; Red Bull le sigue a distancia; y después, un amplio pelotón de clase media en el que manda Racing Point, el Mercedes B, frente a McLaren, Renault y un desastroso Ferrari. Carlos Sainz, que salía tercero, acumuló desgracias, sobre todo una parada lastimosa que lo envió hacia atrás. Acabó noveno, aunque con la pequeña recompensa de la vuelta rápida.

El año viene sombrío y casi fundido para Ferrari, la legendaria escudería que siempre ha permanecido en vanguardia. Han pasado adversarios de todo tipo a su lado y jamás ha bajado los brazos, siempre sus coches en pelea por títulos, victorias o podios. Ferrari nunca descansa.

Lo peor de la pospandemia es que el equipo rojo está hundido , con un coche penoso que ni tiene velocidad ni genera confianza. Desde los entrenamientos invernales en Barcelona, saben sus empleados que el monoplaza es una calamidad. Y así lo está demostrando estos días, arranque fulgurante y consecutivo de la F1.

Nada hay peor para un equipo que un coche lastimoso o una pelea entre sus pilotos con final trágico. Juntar ambas fatalidades es como mentar la soga en casa del ahorcado. En el Red Bull Ring se mezclaron. Leclerc se pasó de optimista, y en la famosa curva 3 metió el Ferrari 16 por donde no había hueco (tres bólidos en fila). Se llevó por delante a su compañero Vettel y su alerón trasero, y dañó su fondo plano. Los dos Ferrari, a la calle antes de la vuelta cinco es un pequeño drama nacional en Italia.

Leclerc lamentó su ambición. «Estoy decepcionado de mí mismo. Lo siento, pero decir lo siento no es suficiente. Seb no no ha fallado hoy. He decepcionado al equipo después de trabajar una semana entera. He sido demasiado ansioso por ganar esas posiciones en la primera vuelta».

En Austria no hubo la emoción de la semana pasada. La hegemonía de Mercedes anuló esa diversidad. Es muy superior el coche alemán, y más con Hamilton al volante , desde la pole y sin oposición durante toda la tarde. Verstappen, que es un piloto bravísimo y lleno de talento, marcó la diferencia con Bottas, mucho más blando, menos enérgico y decidido, pero con mejor coche. Al final, el finlandés lo pudo rebasar. El cuarto, Albon, el más débil de Red Bull.

Con el abanico abierto a partir de ahí, queda constatada la desventura de Ferrari. También Sainz tuvo mala suerte . Ubicado en la quinta posición que realmente le correspondía por ritmo, se frenó con por una parada desafortunada al cambiar las ruedas y atascarse una de ellas. En un circuito tan corto, con un pelotón igualado a su estela y la carrera diseñada por todos a una parada, esos cuatro segundos de pérdida lo expulsaron hacia la zona de nadie. Terminó noveno, y haciendo vuelta rápida (un punto) al cambiar neumáticos en los últimos giros.

Espectacular la velocidad del Racing Point (exForce India y futuro Aston Martin), sobre todo en las manos del mexicano Sergio Pérez, el piloto del día, que salió en el puesto 17 y avanzó hasta una sólida sexta plaza. Siempre hay diferencia entre pilotos y no todo es el coche. Pérez es mucho más rápido, consistente y atrevido que su compañero, el millonario Stroll.

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