Vuelta a España
«Llegar al País Vasco es el gran logro de la Vuelta»
La carrera para hoy en Bilbao y Javier Guillén, el director general, se felicita por haber normalizado la presencia en el País Vasco
No hay dispositivo policial extra, ni amenazas a través de canales subersivos, ni siquiera hay voces cuya protesta se alce por encima de una mayoría. Al revés, la normalidad se ha instalado en un territorio hermoso que hace años entraba en conflicto con los intereses españoles. La Vuelta a España hace parada otra vez en el País Vasco. «Llegar al País Vasco es la gran conquista que hemos logrado en la Vuelta a España», confiesa Javier Guillén, director general de la ronda, que ha encontrado puertos inéditos, ha instaurado el maillot rojo y aportado un sello de identidad a la carrera. «Pero nada como lo del País Vasco », admite.
En 2011 la Vuelta rompió una barrera que el terrorismo había triturado para la convivencia. 33 años de ausencia. En 1978 había ganado en Bilbao en el antiguo parque de atracciones, en una edición con Hinault al mando del escalafón. En 2011 el deporte se impuso al miedo. Un corredor del equipo local, Igor Antón del Euskaltel , venció en la Gran Vía de la capital vizcaína, para delirio de la entendida y entusiasta afición local. Hubiera extrañado a todo el mundo que un corredor del Euskaltel no ganase en Bilbao.
La Vuelta ha tenido una vinculación total al País Vasco desde tiempo inmemorial. El periódico El Correo Español-El Pueblo Vasco (actualmente El Correo) organizó la carrera de manera ininterrumpida desde 1955 hasta 1979 y fue el propietario de la misma. Desde 1979 la empresa Unipublic gestiona el destino de la ronda.
La ronda ha penetrado varias veces por el País Vasco desde ese día histórico en 2011. Y el único incidente aconteció el año pasado, en la etapa que unió Barakaldo con Portugalete. Nueve vehículos de la caravana ciclista aparecieron con pintadas independentistas, pidiendo amnistía general para los presos etarras.
La etapa de este jueves transcurre desde el circuito de Los Arcos en Navarra y la ciudad bilbaína. Se escala un monte inédito, casi desconocido para los propios habitantes de Bilbao, el alto de Arraiz, una de las colinas que circundan la ciudad y que desemboca en un restaurante.
