Filippo Ganna, un gigante que vence al estilo Induráin

Hay un corredor en el Giro de Italia que guarda cierta semejanza con Miguel Induráin. Se parece en la planta imponente encima de la bici, en la fuerza que despliega girando pedales, en la figura nunca descompuesta y en el poderío que expone ante sus adversarios. Se llama Filippo Ganna, tiene 24, ha conquistado el oro en el Mundial contrarreloj, fue el primer líder del Giro en un prólogo a 59 kms/hora y este miércoles se impuso en Camigliatello Silano en una obra de arte con una exhibición de primer nivel. Un gigante de 1,95 que sube montañas (franqueó sin pérdida un puerto de primera después de 150 kilómetros de fuga) y consigue victorias. El Ineos, que tenía pinta depresiva con la retirada de Geraint Thomas, levanta el vuelo con el coloso de Verbania. Dos etapas en cinco días.

Fue maravillosa la prestación de Ganna, un prototipo que proviene de la pista (donde consiguió ocho medallas en campeonatos del mundo) y que ejerce cierta fascinación por su semblante en la bicicleta. No mueve un músculo , los brazos en escuadra en la bici, la espalda en paralelo a la montura... Allí se adivina una fuerza descomunal.

Así subió el Valico de Monteoscuro, una frondosa montaña que obligó a los coches a encender las luces a las cuatro de la tarde. Sin replicar a los tirones de De Gent, Carretero o el colombiano Rubio, sus compañeros de la fuga. Ascendió como una aspiradora, tragando rivales, estilo Induráin. Los dejó a todos y se presentó sólido, puro granito, en la meta en descenso. Magnífico.

Los que aspiran al Giro no se movieron en el puerto. Nibali, que hizo trabajar a sus compañeros del Trek, ni Fulgsang con el Astana ni ningún otro. Una lástima que Filippo Ganna tuviera que dejarse minutos y la piel para escoltar a Thomas camino del Etna. De otra manera, quizá se le ubicaría como favorito a ganar la carrera. El portugués Almeida sigue líder, con el vizcaíno Pello Bilbao en segunda posición, a 43 segundos.