Polideportivo

El pentacampeón mundial que tenía pánico a patinar

El español Ioseba Fernández consiguió superar la timidez que le hacía huir de las pruebas siendo un niño y acaba de conquistar su quinto título del mundo en patinaje a esprint

Fernández, tras proclamarse campeón del mundo en Colombia

Pabl Lodeiro

IIbagué, una coqueta ciudad colombiana al pie de los Andes, a medio camino entre Bogotá y el Pacífico, se convirtió el pasado 11 de noviembre en el último coto de caza de Ioseba Fernández . El navarro, con superioridad sobre sus rivales (fue el único que bajó de los 10 segundos en la prueba), celebró allí la conquista de su quinto título mundial de patinaje a esprint en los 100 metros, el único oro para la delegación española en esta edición del torneo. Una victoria que supone, de momento, el último epígrafe de una carrera de leyenda en la que acumula también nueve títulos en campeonatos europeos y un sinfín de triunfos nacionales. Gloria en Colombia edificada sobre una tímida infancia en Iturmendi, el pueblo de apenas 500 habitantes situado en el norte de Navarra donde empezó a rodar, no sin obstáculos, hace 32 años. Desde entonces, nunca ha parado de patinar.

Cuando Ioseba descuelga el teléfono a ABC desde Colombia, una voz satisfecha, casi crepuscular, se escucha al otro lado de la línea. «Ha sido muy especial. He pasado por unos últimos años muy duros. Incluso pensé en retirarme en 2017 , pero vine aquí con la intención de disfrutar y eso he hecho». El navarro, con el tono reflexivo que da la madurez mental y física, analiza el patinaje nacional, en el que «hace falta mucha profesionalización». También cómo se trata el deporte en Colombia, donde los patinadores «reciben el reconocimiento que se merecen». Habla de los momentos felices, como el Mundial de 2017, año en el que nació su hijo Marc y en el que se proclamó campeón del mundo, y de los tristes, como las lesiones y algunos vicios enraizados en el deporte. Pero antes de experimentar toda esa amalgama de sensaciones, como en toda buena historia, aparece un momento que cambió su vida.

Fernández, con su quinta medalla de oro

La primera vez que Ioseba se enfundó los patines en una competición, cuando tan solo era un niño, acabó en el parking del pabellón escondido entre dos coches. Su profunda timidez le hizo temblar primero y huir después, solo unos segundos antes de que el pistoletazo de salida iniciase la prueba. Unos primeros pasos difíciles en un deporte en el que ha acabado reinando. Con un mantra similar al del cholismo, el ‘partido a partido’, Fernández fue quemando etapas y venciendo a sus miedos: del esconderse al acto presencial, del ser doblado por todos sus rivales a acabar una carrera, del mirar de tú a tú a sus contrincantes a la ansiada primera victoria. «Creo que todo forma parte del camino. Es posible que esos momentos acabasen influyendo en el deportista que soy ahora. A los niños se les mete mucha presión cuando son jóvenes y se olvida el disfrutar del deporte».

Sin entrenador

En Ibagué, donde compitieron un total de 38 selecciones nacionales en 11 modalidades de patinaje diferentes, Fernández no quiso arriesgar e hizo una espectacular estirada sobre la línea de meta para amarrar la victoria ante el colombiano Steven Villegas , once años más joven que él. Pese a que el gesto fue terso, la sensación era de seguridad. «Antes era más radical, ahora me he vuelto más calmado», aseguraba el navarro hace unos años en una entrevista. Profesional desde 2011, otra de sus anomalías, una vez superada la timidez e integrado ya el colmillo competitivo, es que nunca ha tenido entrenador. Una condición que le hizo agresivo en la pista, quizás demasiado alocado, y que fue aligerada por su mujer, la exgimnasta Ana Llorens . Se casaron en 2014 y desde entonces es ella quien le aconseja en lo físico y en lo mental. Carmelo Paniagua , presidente de la Federación Española de Patinaje, y el Instituto Navarro del Deporte, centro de operaciones de Fernández, son sus otros dos pilares. Bernardo Senso , presidente de la Federación navarra, define al patinador con precisión: «Lo que destacamos de Ioseba sobre el resto es que es un deportista muy metódico con los entrenamientos, el descanso y la alimentación. Sabe lo que quiere y lo que cuesta conseguirlo».

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