Números uno inoxidables

Raúl, icono del madridismo y del fútbol

El pasado domingo Raúl se retiró del fútbol 21 años después de aparecer como un ciclón en La Romareda. Un jugador del extrarradio, criado en la dureza de la colonia Marconi de Madrid, que aprendió a transitar por los descampados con la misma seguridad que luego mostró en los estadios. Nunca fue rápido, tampoco hábil, ni potente ni habilidoso. Y mantuvo una relación polémica con la pelota, pero marcó un sinfín de goles para el Real Madrid por otras virtudes: tesón, perseverancia, insistencia, inteligencia...

Su liderazgo en el Madrid se concretó en títulos: seis de Liga, tres Champions, dos Copas Intercontinentales. Un tipo productivo por encima de todo: jugó 1.063 partidos y consiguió 465 goles y 23 títulos. Con la selección disputó tres Mundiales y dos Eurocopas, anotó 44 goles y no levantó ningún título.

Hombrados, el más longevo del balonmano

Salvo en el Barcelona, ha jugado en todos los grandes equipos del balonmano español. Atlético de Madrid, Teucro, Ademar León, Portland San Antonio, Ciudad Real... También, claro, en la selección española. Le ha dado tiempo a todo, ya que José Javier Hombrados es uno de los deportistas españoles más longevos y de mayor edad: 43 años, 25 temporadas en el primer nivel.

El portero, que ahora actúa en el Guadalajara, superó hace mes y medio el récord de partidos en la liga Asobal (607). Empezó en el Atlético en 1990 y hace tres años emigró a Qatar y a Alemania en busca de nuevas aventuras. Ha regresado a España para fijar una residencia. Su hija mayor tiene 22 años. No es tan rápido como antes, no se mueve a la velocidad de antaño, pero a cambio ha ganado en anticipación e inteligencia. Es campeón del mundo, bronce olímpico y plata europea.

Lastras, 19 años en el mismo equipo

Veintidós años después de ingresar en la factoría Banesto, 19 después de debutar como profesional y ganar en el Memorial Galera con los colores del equipo de Induráin, Pablo Lastras ha plegado el telón. Lo ha retirado del ciclismo, del amor que siente por este deporte maravilloso, no la edad, la desmotivación o la melancolía, sino un accidente de trabajo. El pasado 26 de marzo, en la Volta, se destrozó la cadera al fracturarse la cabeza del fémur. Ha tenido que aprender a andar de nuevo. Solo esa pavorosa caída lo ha apartado de la bicicleta.

A sus 39 primaveras, había renovado un año más con el Movistar. «No lo hice por veteranía o costumbre, sino porque valgo y soy útil», dijo a ABC. Coleccionista de etapas en el Giro, el Tour y la Vuelta, Lastras se resistió hasta el último instante a abandonar el ciclismo. Lo decidió su cadera, no su DNI.

Mengual, pionera en el deporte más expresivo

Cuatro gatos conocían en España esta modalidad clandestina, la natación sincronizada. Gemma Mengual se zambulló en la piscina a los 8 años, y siete después pasó a la disciplina de Anna Tarrés. Juntas, antes de que estallase la fractura total en el equipo español, fabricaron una obra de arte. Elevar a España a niveles insospechados. Mengual consiguió cuatro oros en unos europeos, dos platas en los Juegos Olímpicos de Pekín, y medallas de todos los colores en las principales competiciones de la natación sincronizada.

Su potencia de piernas y de brazos, la flexibilidad en el agua y la elegancia en las coreografías la vincularon al éxito durante veinte temporadas. Se retiró en 2012, cansada de cloro, pero ha vuelto. Compitió en los Mundiales de Kazan y prepara su regreso en los Juegos de Río formando pareja con Ona Carbonell.

Jiménez, puros, vino y golf

El golfista español más impactante de los últimos tiempos decidió ponerse el mundo por montera y protagonizar un carpe diem permanente. Miguel Ángel Jiménez, 51 años, conduce un Ferrari rojo por capricho de adolescente, fuma puros habanos de la mejor textura, se lleva sus propios vinos a los torneos y exhibe una coleta pelirroja mientras mueve las caderas al darle a la bola en el swing.

Después de 27 temporadas al máximo nivel en el golf, se lo puede permitir. Ni siquiera tenía vocación por este deporte. Comenzó acarreando palos como caddie en un campo próximo a su Málaga natal hasta que comprobó que también le pegaba bien. Fue entonces cuando dejó de lijar coches en un taller. En 2010 realizó una temporada memorable, al ganar tres torneos del circuito europeo y una Ryder Cup. Sus dos hijos también juegan al golf.

Sainz, 35 años en los rallys

Predestinado para el deporte (dio clases de boxeo, practicó el tenis, fue campeón de España de squash, probó suerte en el atletismo, tanteó la presidencia del Real Madrid), Carlos Sainz fue a elegir una modalidad casi clandestina en España, los rallys. Empezó en 1980 -antes del 23-F y del Mundial de España- a bordo de un clásico de la época, el Renault 5 Turbo. Debutó con 18 años en el Rally Shalimar y se ha empleado a fondo desde entonces. Todavía sigue, con 53 primaveras, en el primer escalafón del deporte. Prepara durante once meses el Dakar y compite durante uno en los desiertos de Chile y Argentina.

Su mayor mérito consistió en ser pionero. Conquistó dos Mundiales con aquel inolvidable Toyota Celica, popularizó los rallys y dejó para el recuerdo el chasco monumental de aquel «trata de arrancarlo». La saga continúa con su hijo Carlos en la F1.

Navarro, mil partidos y todos los récords

Cualquier valoración que se pueda realizar respecto al impacto de «la Bomba» Navarro en el baloncesto se queda corto en la comparación con su hoja de servicios. Un pliego inacabable de éxitos que incluye todos los trofeos conocidos, salvo el oro de los Juegos Olímpicos. Ocho Ligas ACB, seis Copas del Rey, dos Euroligas, cinco Supercopas y 1 Copa Korac con el Barcelona. Campeón mundial y dos veces de Europa, dos platas en los Juegos Olímpicos y dos en el Eurobasket, un bronce europeo con la selección... Mejor jugador de varias competiciones. Incluso en la NBA, donde no triunfó, tiene un récord (más triples de un debutante en un partido).

El pasado domingo, en un encuentro contra el Obradoiro en la Liga ACB, alcanzó los mil partidos con el Barcelona. Siempre discreto y sin ánimo fanfarrón, comentó: «La cifra de mil partidos impresiona».

García Bragado, seis Juegos Olímpicos

La vida deportiva del madrileño Jesús Ángel García Bragado, Chuso para los amigos, se mide por las largas distancias. Practicante de una modalidad agotadora, la marcha y en especial los 50 kilómetros, Bragado compitió en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Es el único deportista español en activo que puede presumir de haber vivido aquella experiencia.

Después de Barcelona vinieron los demás, Atlanta 1996, Sidney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. Seis ediciones de los Juegos Olímpicos en la maleta. Y aspira a completar la colección con su séptima escarapela el próximo agosto en Río de Janeiro.

Su mayor conquista aconteció hace 22 años, el oro en 50 kilómetros del Mundial de Stuttgart, y aunque el nivel de los éxitos ha sufrido un retroceso con el paso de los años, García Bragado no desiste.