Ali celebra su triunfo ante Liston
Ali celebra su triunfo ante Liston - AP
Boxeo

Ali, el hombre que reinventó el boxeo

Su exceso de autoestima, sus bravuconadas y su velocidad en el cuadrilátero marcaron una época

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En su anhelo por ser el mejor, Cassius Clay desarrolló un sentido del espectáculo sin precedentes. Quizá por las ganas que tenía de reivindicar a las personas de color, quizá porque realmente lo creía, Muhammad Ali se autodenominó desde muy joven como «El mejor del mundo». Su primer gran éxito fue en los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960, donde consiguió la medalla de oro en la categoría del peso semipesado. Allí conocieron sus dos versiones: por un lado el joven convencido de su grandeza y por otro el gigantón cargado de miedos.

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Lo que peor llevó de su estancia en Roma fue el hecho de volar. Le tuvieron que convencer de que no era posible llegar hasta Italia en tren (el medio de transporte que más utilizaba).

Tras mucho negociar, su entrenador de entonces, Joe Martin, le convenció: «Al final aceptó volar», declaró al Courier Journal. «Pero antes se metió en una tienda de excedentes del ejército y se compró un paracaídas. De hecho, lo llevó puesto durante el trayecto en avión. Fue un vuelo bastante agitado, y ahí estaba él, en el pasillo, rezando, con el paracaídas puesto».

A la mañana siguiente de conseguir la medalla de oro se encontró con Floyd Patterson por la Villa Olímpica. A Cassius Clay no le hizo ninguna gracia que el campeón mundial de los pesos pesados le quitase el protagonismo. Se acercó hasta él y se presentó.

—Floyd me dio la enhorabuena con la mano floja, sin apretar —dijo después—. Me sentó muy mal. El tipo me insultó, y algún día tendrá que pagar por ello.

Campeón precoz

Su gran oportunidad le llegó a comienzos de 1963, cuando tras mucho insistir le pusieron delante de Sonny Liston, el campeón mundial de los pesos pesados. Clay llegó a presentarse en el pesaje de una pelea anterior entre Liston y Floyd Patterson (los dos campeones que le precedieron) pidiendo a gritos que le concedieran un combate contra Liston, al que llamaba «El oso feo».

Cuando llegó esta ocasión, además de incidir en el insulto a Sonny Liston, Clay demostró cierta habilidad poética. Compuso un poema más o menos elaborado prediciendo su victoria:

Ved al joven Cassius Clay

peleando contra el Oso.

Liston recula y recula

y va a acabar en el foso,

porque en el ring ya no hay sitio

y eso que es muy espacioso.

Clay le pega con un puño,

luego le da con el otro.

El único que pelea

es Cassius Clay el Hermoso.

Liston recula y recula

y recula receloso:

ya solo es cuestión de tiempo

que llegue el KO por destrozo.

A lo largo de su carrera, Clay tuvo dos combates con Sonny Liston. Ganó los dos. En el primero presentó un estilo revolucionario, lo que luego se conoció como «Volar como una mariposa y picar como una abeja». En el segundo se hizo eterno gracias al golpe del ancla. Un golpe que no fue tal, sino la celebración de otro que tumbó a Liston en esta segunda pelea.

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