Froome con los responsables del Sky en la rueda de prensa de ayer
Froome con los responsables del Sky en la rueda de prensa de ayer - AFP
TOUR DE FRANCIA

Sky «desnuda» a Froome antes de los Alpes

El equipo británico desvela los datos de potencia, pulso y pedaleo del líder del Tour, pero no logra derribar las sospechas

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No hay detergente que borre la sospecha. Es como la «mancha negra» en la piel que anunciaba la muerte a los piratas de «La isla del tesoro». Frota y frota, y nada. Imborrable. El ciclismo es un deporte literario, de grandes relatos, pero ahora los números ocupan el lugar de la palabras. Cuando Chris Froome dejó atrás a todos sus rivales en la Piedra de San Martín, este deporte empezó a llenarse de datos: hasta la televisión francesa contrató a un experto en fisiología para que calculara la potencia desarrollada por el líder. Y dijo que había superado la barrera de los 7 vatios por kilo, algo nunca alcanzado sin dopaje.

Por eso, ayer no habló Froome, sino su entrenador, Tim Kerrison, que quiso acabar con la polémica y desveló los dígitos del corredor africano.

Según Kerrison, Froome desplegó una potencia de 5,78 vatios por kilos, nada excepcional. Ninguno de dus datos lo fue. Abrir la tapa del ordenador secreto del Sky, sin embargo, no rebajó el tono de la duda. «¿Y cómo entonces el holandés Gesink, de perfil similar al de Froome, marcó 5,9 vatios y llegó más tarde a la meta?», lanzan expertos que no se fían de los números del Sky. La polémica en el ciclismo no tiene fin.

Kerrison radiografió la ascensión a La Piedra de San Martín. Froome tardó 41 minutos y 30 segundos, con una potencia media de 414 vatios. Como el líder pesa 67,5 kilos, la ecuación peso/potencia obtiene el dato clave: su potencia media fue de 5,78 kilos. ¿Qué dicen los excépticos? Que Froome pesa menos de lo que dice, lo que elevaría su media, lo que le haría sospechoso. En el diario «Le Monde» le pedían al líder: «Chris, pruébanos que podemos creer en ti». Así es el ciclismo, culpable hasta que demuestre los contrario. Desoladora herencia de tiempos pasados y recientes.

El entrenador de Froome lo contó todo, salvo el nivel de consumo de oxígeno «porque eso depende de muchos parámetros». Froome utilizó en su bicicleta dos platos de 52 y 38 dientes, y once piñones, del 11 al 28. Lo habitual en etapas de montaña. «Eso le permite pedalear a una cadencia alta». Aunque no fuera de lo normal. «Su ritmo en la Piedra fue de 97 giros por minuto», lejos de los 115 que le achacaron al compararle con el «molinillo» de Armstrong.

Froome ascendió La Piedra a 556 vatios de media, con picos máximos de 929. Los velocistas llegan a los 1.500 en un sprint. La velocidad media fue de 25,3 km/h. Según Kerrison, Froome estuvo al «60 por ciento de su potenial máximo» en esfuerzos de diez segundos. Y aclaró que tras la arrancada con la que se despegó de Quintana, su potencia fue disminuyendo, de 449 a 435 vatios. Aun así, aumentó en ese tramo su ventaja sobre el colombiano y los otros rivales. Kerrison y el Sky pusieron ayer números en la rueda de prensa donde el líder, Froome, iba a hablar, con palabras, de lo que le espera esta semana. «El rendimiento de Froome en la Piedra no fue nada inesperado en relación con lo que ha hecho estos cuatro años».

También le puso dígitos al corazón, al pulso. «En la Piedra tuvo una media de 158 por minutos, con un máximo de 174, que es su récord en una gran vuelta», contó Kerrison. Sólo en la pasada Vuelta a España, cuando cayó ante Contador, se acercó a ese registro: 171. Tras dar los datos que le habían pedido, los que dudaban aún dudan, incluso más. Leña al fuego. El corazón del ciclismo se ha llenado de números.

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