«Juanito» Mühlegg
«Juanito» Mühlegg - Reuters
Esquí

El esquiador español tramposo

En el comienzo este miércoles del Campeonato de Esquí Nórdico, ABC recuerda el vergonzoso episodio protagonizado hace dos décadas por Johann Mühlegg para robar medallas en nombre de España

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Arranca este miércoles en Suecia el Campeonato Mundial de Esquí Nórdico, la máxima c ompetición internacional del esquí nórdico. Hasta el 1 de marzo, estarán en juego las medallas en tres categorías: esquí de fondo, salto en esquí y combinado nórdico. España solo cuenta en su palmarés con dos metales, un oro y una plata. Pero pudieron ser más, si Johann Mühlegg no hubiera convertido su gloria en vergüenza para nuestro país.

Nacido en Marktoberdorf, Alemania, fue campeón del mundo juvenil de esquí en la categoría de 30 kilómetros. Ya en categoría absoluta, obtuvo un diploma olímpico tras finalizar séptimo en cincuenta kilómetros clásico. Tras una racha de malos resultado, en 1995 fue apartado temporalmente del equipo germano y, tres años después, lo expulsaron de forma definitiva.

Se le cerraban así las posibilidades de competir tanto en mundiales como en olimpiadas, un portazo al que encontró escapatoria en España.

A finales de los 90 la Real Federación Española de Deportes de Invierno (FEDI) encontró en él un posible número uno. Solo haría falta conseguirle la nacionalidad y de hecho se logró en tiempo record: en noviembre de 1999 le fue concedida y se le inscribió en la federación murciana.

Los éxitos tampoco tardaron en llegar. En el Campeonato Mundial de Esquí Nórdico de 2001, ganó el oro en 50 kilómetros y fue plata en 20 kilómetros persecución. Con estos resultados, Johann Mühlegg, al que nadie ya recordaba su pasado alemán y se le renombró como «Juanito», se convirtió en la principal esperanza española para obtener medallas en unos Juegos Olímpicos de Invierno, un podio al que solo habíamos subido en las dos ocasiones mencionadas anteriormente.

Su preparación se desarrolló al margen del equipo nacional. Disfrutó de su propio entrenamiento, preparador y hasta entrenador. Ni siquiera estaba en la concentración del equipo, pero eso no parecía importarte a nadie. Era la niña bonita y la gran promesa del esquí español. Llegan por fin los ansiados Juegos Olímpicos de 2002, los de Salt Lake City. Johann Mühlegg, Juanito, no defrauda: gana tres medallas de oro. Además, con una superioridad impresionante. Un auténtico recital. Las dos primeras fueron en 30 kilómetros libre y en 20 kilómetros persecución. Todos los medios de comunicación abrieron sus informativos con él y le dedicaron sus portadas. Incluso fue felicitado de forma personal por el jefe del Estado, el Rey Juan Carlos.

Las pistas de esquí se hicieron cuesta arriba tras ganar su tercera medalla de oro en la prueba de 50 kilómetros clásico. Algo no estaba bien. Su cara en el podio era un poema. Ya había sido advertido por el Comité Olímpico de ciertas sospechas por doping. A las pocas horas, trascendió la noticia. Fue acusado de dopaje y se le desposeyó de la medalla. En el test antidroga dio positivo en darbepoetina alfa, una medicina incluida en la lista de productos dopantes porque incrementa la resistencia, aunque por entonces, 2002, no estaba contemplada como sustancia prohibida. Sin embargo las pruebas y tasas eran lo suficientemente abultadas como para quitarle el oro y suspenderlo durante dos años.

En diciembre de 2003, el Tribunal de Arbitraje Deportivo decretó que se le quitaban además las otras dos medallas ganadas en esa misma olimpiada. Si en 2002 pasó de ser un héroe a un villano, al año siguiente llegó su deshonroso fin. Volvió a ser Johann Mühlegg, el alemán. Adiós a Juanito. Recordamos de repente los problemas que había tenido con la selección germana de esquí. Un capitulo triste que el Campeonato Mundial de Esquí Nórdico que comienza hoy puede vengar para la gloria y buen nombre del deporte español.

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