ENTREVISTA

Alberto García Reyes: «Quiero reflexionar sobre la importancia que tiene el toreo para nuestra cultura»

El periodista y adjunto al director de ABC de Sevilla anuncia hoy la feria taurina en el Lope de Vega, presentado por el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro

El pregonero delante del Museo de Bellas Artes de Sevilla J.M.SERRANO

Lorena Muñoz

«Ni en cien mil años soñando me podía encontrar con un regalo así». Son las palabras de Alberto García Reyes, que hoy pronunciará el pregón taurino de la Feria de Abril de Sevilla 2019. Currista confeso y asiduo en los tendidos de la Real Maestranza, avanza algunos detalles de su concepto del toreo como una de las Bellas Artes.

¿Cómo es verse anunciado un Domingo de Resurrección?

Debe ser lo más parecido al cielo. Es el día de Curro Romero y tiene muchos mensajes para un aficionado a los toros y creyente como yo: el día de la Resurrección del Señor hay un espectáculo en el que impera la muerte.

¿De dónde le viene su afición y por dónde van sus gustos taurinos?

Mi abuelo vivía en Gerena enfrente de los Campuzano y recuerdo los cohetes cuando José Antonio o Tomás formaban un lío. Primero soy de ellos y después de Paula, Ojeda, Espartaco y Curro, sobre todo Curro… Ahora me gusta Morante.

Conceptos muy distintos.

En el toreo, como en cualquier género artístico, en la variedad está su verdadero valor. Están los curristas y los paulistas como en el flamenco los de Caracol y los de Mairena. A mí me gusta el flamenco y el toreo. Si es de verdad, cabe todo, lo único que rechazo en el toreo y en la vida es la impostura. Cualquier torero que afronte la faena con pureza me vale.

¿Qué supone ser el pregonero?

Me parece increíble, miro la nómina de pregoneros y pienso que no puede ser verdad. Me produce un miedo absoluto y de ahí tengo la ansiedad de estar por lo menos decente.

Ha entrado en el club de pregoneros cofrades y taurinos. ¿Le tiemblan menos las piernas? ¿Es como torear en Sevilla y en Madrid?

¿A un torero que ha toreado en Las Ventas no le tiemblan en Sevilla? Mucho más. Ya sabe lo que es ponerse ahí y sabe que pregonar los toros en Sevilla es como hablar de pintura en el Louvre. Sevilla es la gran capital de la tauromaquia, la gran ciudad del toreo. Después de Sevilla no hay nada. Antes puede haber muchas cosas y muy importantes. Después, nada.

¿Qué nos puede adelantar?

Me gustaría que fuera una sorpresa. Me comprometo a que será, de fondo y de forma, muy sevillano. Voy a buscar las estructuras clásicas del pregón y voy a hablar del toreo según Sevilla.

Ya emocionó a los cofrades, ¿es más fácil emocionar a los taurinos?

Es distinto. En un pregón de la Semana Santa hay muchos valores que te llevan a la emoción. El recuerdo, la memoria, la familia. Todos nos hemos puesto ante ese espejo de nazareno, costalero. La diferencia con un pregón taurino es que solo los toreros han toreado. Lo único a lo que se puede aspirar es a la memoria de aficionado.

¿Apostará por la innovación o por algo que no se haya visto antes?

No tengo previsto nada aunque creo mucho en la innovación en el sentido gallista: «Clásico es todo aquello que no se puede hacer mejor». Todo es evolución con respeto al canon, a la tradición, a la herencia que hemos recibido. La innovación no consiste en meter cosas externas y extrañas sino en meterte muy dentro y encontrar algo que ha estado ahí siempre. En eso sí me he sorbido el seso.

¿Es aficionado o entendido?

Me considero aficionado pero no entendido. Solo el que se pone delante lo es. Hay quien tiene intuición y conocimientos y no se ha puesto porque el miedo podía más que él. Soy aficionado al toreo como a una buena pintura, busco emocionarme a través de la belleza. A eso soy aficionadísimo.

¿Tiene miedo a los entendidos?

Por supuesto que sí pero escribo todos los días en el periódico más leído de Sevilla. Vivo mi vida envuelto en una capa de miedo porque al otro lado siempre hay quien sabe más que tú. El día que lo pierdes eres un desahogado. Tengo miedo a equivocarme pero procuro ser honesto y cauteloso.

¿Y al silencio de Sevilla?

El silencio de Sevilla es un misterio que merece un ensayo literario. Significa muchas cosas y no siempre que estás mal. Es un valor supremo que la convierte en una afición superior. Significa admiración. Cuando pegas un petardo lo cómodo es reprochártelo, lo grandioso es callártelo y esperarte. Eso hace Sevilla.

¿Qué espera para su pregón?

Espero que no me pegue un revolcón el toro (risas). Con salir vivo y hacerle la faena con dignidad me conformo. Me gustaría reflexionar sobre la gran importancia que tiene el toreo para nuestra cultura y cuánto ha aportado para hacernos mejores. Me doy por satisfecho si consigo que se visualicen las estampas que quiero poner por delante.

¿Qué le diría a quienes no creen que los toros son arte y cultura?

Que la ignorancia se cura leyendo. El toreo además de una de las Bellas Artes es filosofía pura, existencialismo. El toreo es Literatura, una prueba de la condición humana, una expresión insuperable de la relación del hombre con la naturaleza. El toreo es una metáfora extraordinaria de la historia de la humanidad. Siento compasión por la gente que no es capaz de darse cuenta de esto. Me encantaría que supieran disfrutarlo porque serían más felices.

¿Qué hacemos con los animalistas?

Respetarlos. Todas las opiniones son respetables pero no vinculantes, solo lo son las de los especialistas. Solo pido respeto por la mía, yo soy taurino sin complejos, no tengo por qué tenerlos en la misma medida que no les pido a ellos que los tengan.

Todo eso estará en su pregón...

Quiero hacer un pregón sobre la belleza. El toreo es una de las artes en las que mejor se expresa y alrededor de ella está el sufrimiento, la pena, el dolor, la herida, el amor, el odio, la nostalgia y sobre todo el miedo, no como algo negativo sino como positivo y además que es necesario. El artista tiene miedo a sí mismo, tiene dudas, inquietudes, incertidumbres. En el toreo, además, se tiene el toro delante.

Imagino que también estará Curro Romero.

Un pregón taurino en Sevilla sin Curro Romero es una herejía y tiene delito de cárcel. ¿Cómo no vamos a hablar de Romero? Además, creo que hay muchas maneras de hablar de Curro. Incluso sin hablar de él.

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