«No vamos a pedir perdón por ser aficionados a los toros»

«Ya no estoy dispuesto a aguantar más vejaciones, no. ¡Ya está bien con la broma de los antitaurinos! Ni tengo que pedir perdón porque me apasionen los toros, ni eso es una provocación para nadie y mucho menos para ese puñado de maleducados que parece que nos persiguen como si la salvación de sus almas dependiera del número de infieles intimidados». Así se pronunciaba Ángel González Abad en uno sus cientos de artículos publicados en el diario ABC y que ha recopilado en el libro «Cerco (nacionalista) a la Fiesta» (Editec@Red).

Las últimas grandes ferias de la temporada taurina, Otoño y El Pilar, fueron testigo de la presentación de una obra imprescindible para conocer el proceso prohibicionista. Nuestro compañero recuerda que todo empezó un 20 de marzo de 1980 cuando Jordi Pujol se convirtió en el presidente de la Generalitat.

«Ese día comenzó la carrera hacia una Cataluña feliz, hacia una Cataluña de pensamiento único», señaló en Las Ventas.

En el acto de presentación en la plaza capital, prologado por el director-gerente de Asuntos Taurinos, Manuel Ángel Fernández -quien hizo hincapié en la apuesta y el apoyo de la Comunidad de Madrid a la Fiesta-, participaron dos conocidos periodistas taurinos, Ferderico Arnás y Juan Miguel Núñez.

Arrancó Nuñez recordando la etapa de delegado en Barcelona del autor: «Allí, entre 2002 y 2008, vivió una de sus pasiones favoritas, los toros». Y ensalzó: «Su defensa a ultranza de la Fiesta es rotunda. En este libro no hay miedo, hay valor. Ángel adelanta la pierna contraria y carga la suerte en el relato de las vicisitudes que le ha tocado pasar».

Su mensaje fue contundente: «Es una advertencia a los antis, a esos partidos residuales, a esos militantes de cloacas. No nos vamos a rendir. La Fiesta es algo español y que forma parte de nuestras vidas».

Entró al quite Arnás para hacer una descripción profunda de la obra: «Este libro es como contemplar un diario escrito semana tras semana en 122 capítulos. Describe de manera fantástica personajes y situaciones. Traza la hoja de ruta de cómo se formó el cerco en Cataluña hasta ser declarada Barcelona ciudad antitaurina y la prohibición final». Fue más allá, como el libro: «Se explica el papel desempeñado por la familia Balañá ante el conflicto de su palza. Hay un retrato de la clase política, desde Pujol a Montilla, se habla del infiltrado socialista David Pérez, del doble juego de Albert Rivera, incluso del PP en su pacto con Convergencia. O de un torero de referencia, Serafín Marín y sus lágrimas, o de José Tomás como salvador. Y del cinismo de los correbous...»

Moraleja: «La historia es una sucesión de hechos que podían haberse evitado. Leyendo este libro se entende perfectamente».

No faltó la referencia al recurso presentado en el Tribunal Constitucional: «Ojalá haya una sentencia que no sabemos si servirá para abrir una plaza privada, pero sí para que frente al debate antitaurino y el sectarismo, la Fiesta quede blindada».

El autor del libro agradeció los elogios y dio unas gracias muy especiales a su mujer, María Jesús López Recaj, autora de la portada. González Abad hizo un brillante recorrido por la Barcelona taurina, la que llegó a tener más de una plaza en funcionamiento...

Hasta que llegaron los insultos: «Los antitodo te mentaban a la familia, te llamaban asesino desde la impunidad que daba el tener delante un cordón policial». Frente a los ataques antis, el respeto y la libertad de la afición: «Lástima que en esta lucha hayamos estado tan solos y todo el entramado taurino se haya puesto de perfil ante el ataque sufrido en Cataluña».

En Cataluña sigue viva una auténtica resistencia, unos aficionados que gritan una y otra vez: «Soy catalán y me gustan los toros. No por eso me siento más o menos catalán».

Entre aplausos, los ponentes agradecieron a González Abad que «nos hayas abierto los ojos». Ahora es turno de abrir el libro. Merece la pena.