Castella cortó tres orejas e indultó un toro
Castella cortó tres orejas e indultó un toro - EFE

De la gloria de Castella al drama de Viriato y Roca

El francés indulta un toro, el colombiano sufre fractura de dos vértebras y el peruano resulta herido en la pierna

Manizales (Colombia) Actualizado: Guardar
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Mientras el francés Sebastián Castella salió este jueves a hombros con una cosecha de tres orejas, el aspirante colombiano Juan Viriato ni siquiera pudo tomar la alternativa, al ser cogido por el toro con el que pretendía doctorarse en la tercera corrida de abono de la Feria de Manizales.

Herido también, de menor consideración, resultó el peruano Andrés Roca Rey, que completaba el cartel. Dos de las orejas que «cortó» Castella fueron simbólicas, tras ser indultado el tercer astado de la tarde.

Castella indulta y manda

Tarde escrita en francés por Sebastián Castella, quien se marchó con la alforja llena de orejas, tres, y ratificó su cartel en Manizales, de donde ya parece oriundo.

Además, el torero de Beziers le echó dos manos a un buen toro de Ernesto Gutiérrez Arango para llevarlo hasta un indulto, que premió su nobleza y la extrema duración que tuvo el ejemplar, siempre presto a los engaños.

Castella debió sortear en total tres toros, tras quedarse la tarde en un mano a mano con el peruano Andrés Roca Rey, luego de la cogida que sufrió el aspirante Juan Viriato.

El colombiano, nacido en Cúcuta, fue levantado por los aires cuando apenas daba los primeros capotazos. El primer dictamen de los médicos habla de compromisos en las vértebras lumbares, aparentemente sin efectos neurológicos.

En cada uno de sus turnos, el temple y el manejo de los terrenos fueron claves para Castella. Lejos de los parones a que acostumbra y más ocupado en la ejecución del toreo fundamental, el diestro francés supo hacer de sus toros materia prima apta para el lucimiento, incluso por encima de las aparentes limitadas condiciones de los astados.

Y Manizales le dio la bendición a cada una de esas lidias, con una oreja, otras dos simbólicas y una ovación más que pudo terminar en trofeo, de no tardar en doblar el último de sus enemigos.

No corrió la misma suerte el peruano Andrés Roca Rey. Disminuido físicamente tras ser cogido por el primero de sus toros, con resultado de un puntazo hondo en la pantorrilla de la pierna izquierda, el joven torero, figura de la temporada 2016, encontró poca respuesta en lo que le tocó en suerte.

Al primero no le pudo encontrar el escaso fondo de bravura que traía. Sí hubo lucimiento en el siguiente, pero sin reconocimiento. Y al del cierre, con evidentes muestras de dolor en el rostro, debió soportarle la escasa acometividad.

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