La codiciada recompensa de doce chavales que aspiran a ser toreros

Las mañanas de los dos días de la Feria de San Jorge han rebosado de ilusiones el ruedo de la Misericordia. Dos mañanas de toros en las que doce chavales han puesto ante las becerras todos los conocimientos que están adquiriendo en las escuelas taurinas aragonesas. Dos jornadas para elegir a una terna que tendrá la recompensa de vestirse de luces en una novillada sin picadores en la próxima Feria del Pilar.

Los alumnos de la Escuela Taurina de Zaragoza, Oscense y Mar de Nubes demostraron ante una buena afluencia de público que en el toreo aragonés hay futuro. Las becerras de Hermanos Boyano y El Pilar les dejaron desplegar lo mejor de cada uno, y nadie salió defraudado de la plaza de la capital aragonesa en las dos jornadas del bolsín que sirvieron de aperitivo a las corridas de toros de la tarde.

Carlos Gil, Nabil Essaouari, Jorge Mallén, Roberto Martín, Porta Miravé, Álvaro a Molina, David Sejas, Ángel Alarcón, Héctor Marco…cumplieron su primera ilusión de torear en el coso de la capital aragonesa. Con mejor o peor suerte, con más o menos aciertos, en todos el denominador común del sueño de ser torero , cada uno con su personalidad, con sus capacidades, y siempre apoyados por un público cuajado de jóvenes, que ha sido otro de los puntos positivos de la experiencia.

De los doce aspirantes, el jurado no lo tuvo nada fácil para elegir a los tres ganadores merecedores del premio de la novillada pilarista. Ignacio Boné, de la Escuela Taurina Oscense, Fran Fernando y Aaron Palacio, de la Escuela Mar de Nubes, han sido los agraciados, y pudieron entrar perfectamente por los méritos demostrados varios más, por eso se ha pedido a la Diputación Provincial de Zaragoza que permita salir de la literalidad de la exigencia del pliego de condiciones que rige la gestión y en las ediciones siguientes se deje libre el formato de la novillada en función del resultado de las eliminatorias.