Viengsay Valdés: «En Cuba no existe el tabú de que el Ballet no es para hombres»

Mítica compañía con un lenguaje clásico propio obra de Alicia y Fernando Alonso. Actúan en el Cartuja Center con «La Cenicienta»

Marta Carrasco

Parecía que el momento no llegaría nunca pero el almanaque es implacable y la mítica Alicia Alonso después de una larguísima carrera, vive casi retirada en la Habana mientras el Ballet Nacional de Cuba continúa su andadura, pero esta vez bajo la batuta de su actual subdirectora, Viengsay Valdés (la Habana, 1976), que fuera alumna y luego bailarina del elenco cubano.

El día 16 en el Cartuja Center Cite presentan «La Cenicienta» basada en el cuento de Perrault, con coreografía del maestro cubano, Pedro Consuegra y la música de Johan Strauss hijo. Viengsay Valdés es hija de un diplomático, su nombre significa Victoria en laosiano. Fue declarada por Dance Europe la primera bailarina latinoamericana y sexta del mundo.

¿Desde cuanto lleva las riendas del Ballet Nacional de Cuba?

Desde enero de este año ostento la responsabilidad del Ballet. Ahora bailo, me preocupo del repertorio, de los bailarines...Hace poco estuve en Nueva York tomando contacto con el American Ballet y el New York City Ballet, y la compañía de Paul Taylor, y además he cerrado un contrato con Alexei Ratmansky, que después de nueve años nos va a dar una de sus obras que estrenaremos el próximo noviembre.

¿El bailarín cubano está preparado para los clásicos, ¿podría también bailar Forsythe, Kylian…?

Tenemos bailarines excelentes, y se pueden adaptar perfectamente. Lo único de esos nombres son los derechos de autor que son muy caros y difíciles de obtener. Ahora trabajo con otros nombres que son muy buenos, pero más accesibles, como Justin Peck, o Kyle Abraham, que trabaja para Paul Taylor, y va a hacer una pieza para nosotros.

Antonio Gades trabajó con ustedes, ¿aún lo recuerdan?

Yo he bailado «Bodas de Sangre», aunque por edad no lo conocí, y es una obra que está en nuestro repertorio y en cualquier momento se vuelve a poner. Se ha bailado mucho en nuestra compañía y es muy interesante. Es otro estilo y eso enriquece.

Se ha parado la emigración de bailarines cubanos hacia otros países?

La suerte es que siempre tenemos la escuela y nos entran muchísimos bailarines, de quince a veinte cada año, y lo otro es preparar a nuevas figuras y si se van algunos para que puedan emerger más rápido.

¿Cuál es el secreto para que en Cuba bailen tantos hombres?

Que no hay ese tabú de que el ballet no es para hombres, ése es el secreto. Es un arte popular y asequible, e incluso los padres están orgullosos que sus hijos sean bailarines, porque consideran que es una carrera donde se desarrollan como personas y como artistas, y finalmente no sólo aceptan esta situación, sino que ya forma parte de nuestra cultura.

En Cuba, cuando un bailarín deja de bailar, ¿a qué se dedica?

Muchos se dedican a la enseñanza en el Instituto Superior del Arte y siempre hay una vía de continuar con su trabajo. Era uno de los principios de Fernando Alonso, él lo hizo con las Cuatro Joyas (míticas bailarinas cubanas), Loipa Araújo, Aurora Bosch, Josefina Méndez y Mirta Plá, ellas tenían 17 o 18 años y ya impartían clase. Todos nuestros maestros son cubanos, pero tengo intención de invitar a profesores de otros países. De hecho tendremos a final de año a Julio Bocca, quiero que haya nuevos aires y que los bailarines tengan la posibilidad de conocer otros creadores.

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