El sector acusa a la Junta de llevar treinta años sin una política de artes escénicas

Las principales asociaciones de las artes escénicas de Andalucía participaron ayer en una asamblea convocada de manera «urgente» por Acta y Escenarios de Andalucía ante el retraso en la convocatoria por parte de la Junta de las ayudas para el fomento del sector, así como de la excesiva burocratización que está exigiendo la Consejería de Cultura para para justificar estas subvenciones. Ambos temas se abordaron, pero el grueso de las intervenciones mostraron la exigencia, por parte del sector, de que la Junta articule una política de artes escénicas a corto, medio y largo plazo que ayude a crear y consolidar un sector empresarial en este campo, algo de lo que no ha sido capaz, recordaron varios de los que tomaron la palabra, en más de treinta años de gobiernos socialistas.

«Se ha hecho un parcheo, con pequeñas normativas para contentar al sector, pero no se ha hecho una política de artes escénicas», señaló el presidente de Escenarios Andalucía, Pedro Álvarez Ossorio. «Cada vez que cambia un consejero, cambia la política y son del mismo partido», incidió el presidente de Asecan, Javier Paisano. «Lo que no puede haber es la falta una política, que es elegir entre diferentes opciones, pero para ello hay que definirla y decir lo que se quiere hacer», añadió el veterano gestor cultural Chus Cantero.

Las reclamaciones a la Junta en la asamblea se formularon porque a ella asistió el secretario general de Cultura, Eduardo Tamarit, presencia que agradeció el sector, por cuanto es la primera vez que se contaba con la participación de un cargo de peso de la Consejería, que durante más de tres horas tuvo que escuchar estoicamente las quejas de salas, actores, directores, bailarines, coreógrafos... De hecho, su presencia y las buenas intenciones expresadas por este responsable para implementar una línea política en el sector hicieron que las asociaciones le dieran un voto de confianza y, de hecho, Álvarez Ossorio ofreció «diálogo». Con todo, el malestar del sector se hizo evidente durante toda la asamblea, en la que participaron también el director del ICAS, Francisco Cerrejón, y representantes de Podemos del Ayuntamiento y el Parlamento. Del sector asistieron también la Unión de Actores, la circense ACA, PAD (danza) y la Geca, que aúna a los gestores culturales de Andalucía.

Sobre los dos temas que motivaron la convocatoria de la asamblea, Tamarit hizo un anuncio y dio una explicación. En relación al retarso en la convocatoria de las ayudas, aseguró que «salen antes del 15 de julio» —el año pasado se publicaron en marzo— y se comprometió para que en 2017 puedan estar en febrero. Respecto a la «neurosis fiscalizadora» que denunció el sector y el sentimiento de ser tratados como «delincuentes», el secretario general de Cultura trató de situar estos controles dentro de la normalidad y se comprometió a fiscalizar todas las ayudas entre 2010 y 2015 a finales de año. Además, señaló que de los 868 expedientes, solo se encontraron problemas en veinte.

Sin embargo, no se escapa que este exceso de celo de la admininistración viene motivado por el temor de los interventores por verse salpicados por casos de corrupción como el de los ERE, señalaron los intervinientes, que recordaron que no tienen esos problemas con las ayudas que concede el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Sevilla. Sobre estas últimas, Álvarez Ossorio lamentó que el Consistorio haya hechola «trampa» de subir un 10% las ayudas a las salas, pero abriéndolas a más beneficiarios, como las salas de música y galerías de arte, bajando en la práctica «a la mitad lo que daba el gobierno del PP».