María José Alfonso, en una escena de la obra
María José Alfonso, en una escena de la obra - Teatro Español

El Teatro Español recuerda el 11-M con el estreno de «Ana el once de marzo», de Paloma Pedrero

«Esta historia cuenta los efectos colaberales de la violencia, de la que las mujeres y los niños somos las primeras víctimas», dice la autora

Madrid Actualizado: Guardar
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El primer aniversario de los atentados del 11-M, una fecha ya para siempre hiriente en la historia de España, fue la ocasión para que Paloma Pedrero abordara la escritura de «Ana el once de marzo». Junto a otros diez dramaturgos participó en una iniciativa que conmemoraba los atentados. Lo que empezó como una obra breve se fue elaborando hasta quedar el texto que hoy llega a la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español, dirigida por ella misma junto a Pilar Rodríguez. El reparto lo componen María José Alfonso, Blanca Rivera, Marta Larralde, Laura Toledo y Ana Peinado.

La obra se centra en tres mujeres: la madre, la esposa y la amante de un hombre que podía viajar en uno de los trenes.

Las tres se llaman Ana. «Tardé mucho en encontrar la situación -reconoce la autora-; ¿desde dónde podía enfocar la obra? Quería hacerlo desde el lado de las víctimas, y quería que fueran mujeres. Porque la violencia está cobijada en el sistema patriarcal, son los hombres los que provocan más violencia. Las mujeres y los niños somos las primeras víctimas de esta violencia, y también somos las mujeres las que curamos las heridas. Esta historia cuenta los efectos colaberales de esta violencia».

«Ana el once de marzo» se sitúa «en el momento de la incertidumbre», cuenta Paloma Pedrero. «La esposa espera en el hospital a que le digan si su marido está herido o muerto, la amante no para de llamarle infructuosamente por teléfono, y la madre, con alzheimer, espera noticias, aislada en su cuarto en la residencia en la que se encuentra. Son mujeres que luchan por encontrar a un hombre; es un momento terriblemente tenso, que las tres viven al mismo tiempo desde lugares y emociones diferentes. Es una historia de amor de las tres mujeres hacia el hombre».

No hay, en el texto, interacción entre las tres mujeres (la esposa la tiene con una mujer árabe que espera noticias y en el hospital, y la madre con una enfermera), Pero sí la hay en la puesta en escena. «Hay conexiones. Cuando nos pensamos, nos sentimos».

Nada más lejos de su intención, dice Paloma Pedrero, que realizar un juicio en su texto. «El público ya ha juzgado aquel hecho y la mayoría tiene un criterio formado. Yo muestro una realidad, intento indagar en el ser humano. Escribo desde la estupefacción: no puedo concebir que hechos así los realicen seres humanos que viven en esta época»

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