«Golfa»: sexo, teatro y redes sociales

El Teatro Galileo estrena una obra de José Padilla que sus responsables definen como «proyecto transmedia sobre la sexualidad para adultos mayores de 12 años»

Una escena de «Golfa»
Julio Bravo

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Cuando Amanda y Fran, dos adolescentes, rompen su relación, ella se ve sometida a un acoso virtual que lleva a sus padres a denunciar los hechos y señalar al chico como el posible culpable. El instituto en el que estudian los dos decide apartarle de las clases mientras el asunto no se aclare. La reacción de la madre de Fran es ir a la puerta del instituto e insultar a Amanda llamándola «golfa» . El mismo insulto aparecerá en una pintada frente a la puerta del centro unos días después. La jueza encargada del caso dispone entonces que los dos jóvenes y la madre de Fran, Vicky, se reúnan online con un sexólogo. La particularidad de estos encuentros es «que serán de libre acceso online pidiendo lista e identificándose».

Éste es el argumento de «Golfa», la obra escrita y dirigida por José Padilla que se estrena hoy en el Teatro Galileo , con un reparto que componen Fran Cantos, María Rivera, Ninton Sánchez y Ana Varela . Sus responsables lo presentan como un « proyecto transmedia sobre la sexualidad para adultos mayores de doce años«. Y es que, durante la representación de la obra, en la que los elementos audivisuales tienen un gran protagonismo, se abre a través de las redes sociales un debate con los espectadores.

En el futuro, sus responsables tienen prevista la creación de spin offs, talleres y cursos, además del lanzamiento de la obra en streaming , tanto en directo como su grabación.

«La creación de material para este proyecto -explica Padilla- nace a raíz de los presupuestos de la narrativa transmedia, un término acuñado por Henry Jenkins, especialista académico en medios de comunicación y particularmente en aquellos circunscritos a las redes. Según él, todo lo transmedia comprende aquellas experiencias narrativas que toman forma a través de diversos medios o plataformas digitales, favoreciendo así una experiencia interactiva. Si en un concepto clásico del término público se entiende como espectador, es decir, como un elemento pasivo ante el hecho artístico (en la RAE: ''Que mira con atención un objeto''), en la comunicación transmedia la palabra se reinventa desde un lugar que implica redefinir la figura de público hasta convertirlo en un elemento activo del espectáculo. El público no dejará de ser observador como hasta ahora, sí, pero a eso le añadimos que también incide en la propuesta e incluso la modifica. Sólo con explorar esto, ya estamos vislumbrando algunas de las oportunidades que nos ofrece la narrativa digital para contar una historia«.

Cree el dramaturgo que el sexo sobre la escena, « a estas alturas, no ha de ser incómodo , ya estamos acostumbrados a verlo en películas, series y hasta en la televisión generalista o en la publicidad, lo tenemos asumido como parte de la narrativa contemporánea y sólo desde la pacatería podría este tema despeinarle siquiera el flequillo a alguien Las posibilidades que el sexo ofrece para la diversión en las artes escénicas, tienen sobrados ejemplos en comedias situacionales sobre el mismo pero mayoritariamente para un público ''severamente'' adulto, excluyente de edades más tempranas«.

La Educación sexual en la adolescencia es la columna vertebral de este proyecto. «La realidad social es que la sexualidad sigue siendo un gran problema si se aborda desde el desconocimiento y restricciones sociales existentes, siendo todavía tabú en muchos hogares y familias. ¿Por qué no afrontar una comedia que divierta y reconcilia a adolescentes y progenitores antes estas carencias?«

Y esa es la intención de « Golfa «, que quiere, insiste Padilla, evitar tanto el didactismo como mostrar lo descarnado del acto. Según el dramaturgo, la intención es »compartir una experiencia con el público planteándole preguntas que, de tanto mirar la portada del libro, se dan por contestadas... Pero nada de eso«.

Aunque el tema invite, dice el autor y director, a pensar que su destinatario es el público juvenil, «por el tema tratado y lo poco que se trata en según qué foros, creemos que nuestra ficción debe trascender lo meramente juvenil y ampliarse hasta lo familiar . No sólo como una propuesta para ser vista en familia, sino para ser debatida en familia. La salud sexual nos compete a todos, su tabú en el ámbito cotidiano puede acarrear consecuencias desastrosas. Proponer hablarlo en el carácter cercano del núcleo familiar nos parece una idea tan sólida como para sustentar un espectáculo teatral/transmedia«.

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