CRÍTICA DE TEATRO

«Acastos ¿Para qué sirve el teatro?»: el espectáculo de la verdad

El Centro Dramático Nacional presenta la obra de Iris Murdoch dirigida por Ernesto Caballero

Una escena de «Acastos ¿Para qué sirve el teatro?» MarcosGPunto

JUAN IGNACIO GARCÍA GARZÓN

Un coloquio dramático. Así es calificado el espectáculo que Ernesto Caballero ha cocinado con buen gusto y el sabio asesoramiento del pensador Javier Gomá a partir de un fino diálogo platónico de la escritora y filósofa irlandesa Iris Murdoch . En «Acastos», un grupo de filósofos de la antigüedad, perfectamente ajustados a la apariencia de jóvenes de hoy, debaten sobre la naturaleza del arte ante la madura presencia de Sócrates como árbitro mayéutico y dilucidador de la conversación. Un trabajo de investigación de Laboratorio Rivas Cherif de tal vez delgada teatralidad pero de apasionante pulso interior, que discurre con la placidez transparente y la traviesa armonía del agua de la fuente que ocupa el centro del escenario, en el que se reproduce una recoleta placita empedrada. Un espacio ideal para charlar de todo y del todo, que lleva la firma de Juan Sebastián Domínguez , como el vestuario contemporáneo que lucen los personajes y la bien medida iluminación de un montaje interpretado con garbo por un puñado de actores jóvenes.

¿Es «Acastos» más filosofía que teatro ? No sé si la prevalencia de alguno de los dos términos invalida el interés de esta propuesta tan poco usual, que se une al memorable cara a cara (de perro) entre Voltaire y Rousseau y la fascinante aproximación poética a María Zambrano programados esta temporada por el Centro Dramático Nacional en una decidida reivindicación de la presencia del pensamiento filosófico en la escena. Así que más allá de la disyuntiva entre si son galgos o podencos , me parece que lo que corresponde es disfrutar con la esgrima de los planteamientos que enarbolan los jovencitos reunidos en esta pequeña ágora, entre sorbos de vino, bromas y algún galanteo venial.

Tras haber presenciado una representación teatral, hablan sobre lo que han visto, reflexionan, contraponen su opiniones sobre el teatro y, al hilo del debate, surgen la política, la religión, los sentimientos, el lenguaje... Callistos ( Ricard Balada ) dice que el arte debe imitar la realidad y emocionar, Mantias ( Andea Hermoso ) introduce una mirada moral para subrayar un carácter de ejemplaridad próximo al adoctrinamiento y la propaganda, Acastos ( Tábata Cerezo) y Sócrates ( Carmen Gutiérrez ) discrepan de esa visión y finalmente Platón ( Pablo Quijano ) condena el arte como fingimiento y alaba el espectáculo de la verdad. Un hermoso viaje hacia esa meta aunque sea -que Platón lo disculpe- mediante las mentiras verdaderas que iluminan el teatro (y la vida).

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