«Los caciques»: ¿La España eterna?

Carlos Arniches estrenó en 1920 esta comedia que los estudiosos sitúan entre lo mejor de su amplia producción junto a «La señorita de Trevélez». Con algunos retoques para ajustar situaciones y reducir personajes, esta pieza sobre trapisondistas instalados en los poderes públicos para beneficio propio y el de sus allegados nos trae ecos de ahora mismo, aunque este alcalde caciquil de una indefinida ciudad española sería apenas un torpe aprendiz en comparación con los protagonistas de las tramas de «gúrteles» y «eres».

¿Será verdad que estamos condenados a sufrir la repetición de lo peor de una España eterna? Arniches, que se inspiró en «El inspector» de Nicolás Gogol para armar el argumento, resolvió la pregunta con humor y un desenlace entre la esperanza y la incertidumbre.

Juanjo Seoane y Ángel Fernández Montesinos recuperan y actualizan ese espíritu con su dúctil versión que contiene momentos muy inspirados. Y la verdad es que el público no estrenista de una función de fin de semana acompañó la representación con una sucesión de continuas risas.

Fernández Montesinos realiza un limpio ejercicio de dirección sobre el funcional espacio concebido por Alfonso Barajas, con oportunas aportaciones videoescénicas de Álvaro Luna. Y los actores se mueven como peces en el agua en esta trama que parece no envejecer.