Timothy Spall reivindica su papel más famoso en Harry Potter en un festival alejado de la industria

En la carrera cinematográfica de Timothy Spall se simultanean los títulos más comerciales con aquellos que no batieron récords en taquillas pero sí guardaron en su haber buenas críticas. En la XII edición del Festival de Cine Europeo ha sido galardonado con el premio Ciudad de Sevilla por su trayectoria y este domingo, tras la resaca de la gala inaugural, el actor británico atendía a la prensa en una conferencia donde ha reivindicado el papel que le ha dado fama mundial.

A diferencia de otros intérpretes, que prefieren pasar de puntillas sobre su participación en los «blockbusters» cuando acuden a citas alejadas de la industria del cine, Spall ha defendido la saga de Harry Potter, donde interpreta «a una rata a tiempo parcial», el mortífago Peter Pettigrew.

«Es el personaje más pequeño que he tenido y el que me ha dado la fama más grande». Recordaba cómo en una ocasión, en México, se subió a un ascensor, «donde había dos personas muy arregladitas, cuando uno de ellos me miró y gritó: ¡Tú eres la rata de Harry Potter! A tal afirmación es difícil responder» –bromeaba-.

En su alegato de defensa de la serie basada en los cuentos de J. K. Rowling, conocidos en todo el orbe, mira al público más infantil: «Cualquier cosa que desencadene la imaginación de los niños, que aliente a los niños a leer, es importante. Es uno de los fenómenos más extraordinarios del cine. Es una pena que la llamen franquicia cuando ha significado un hito tan importante para tantas personas».

Su personaje, que define como «cobarde, maníaco y desagradable», requirió un esfuerzo interpretativo: «Aunque es un papel pequeño, uno tiene que darle sus capas, su alma…Sobre todo cuando es un malote. En esos casos hay que saber de dónde viene el mal para entenderlo mejor».

Y así fue como Harry Potter se coló en la rueda de prensa del principal homenajeado en un festival que pretende ser una plataforma del cine independiente español como afirmara su director, José Luis Cienfuegos, durante la presentación de la XII edición el pasado mes de octubre.

De la mano de Leigh

Además del niño mago, el otro nombre propio que ha monopolizado buena parte de la rueda de prensafue el del director Mike Leigh. Bajo sus órdenes, el actor británico ha firmado buena parte de los títulos que componen su filmografía. Uno de esos papeles le dio el reconocimiento más prestigioso de los que atesora hasta la fecha: el premio a mejor actor en el festival de Cannes por encarnar al pintor inglés J. M. W. Turner en Mr. Turner. Una cita que ha formado parte de la programación de la cita hispalense.

Esa interpretación le ha reportado uno de los momentos más dulces de su carrera confesaba Spall: «Por lo que he aprendido. He investigado 30 años de ese pintor porque Mike Leigh te obliga no sólo a conocer todos los detalles del personaje sino también sus antecedentes, qué les ocurrió a sus abuelos. Fue un proceso fascinante para entender qué tipo de genio era. Suena grandilocuente pero desde aquello veo el mundo diferente».

También de la mano de Mike Leigh le han llegado momentos menos dulces. «La película ‘Todo o nada’ no tuvo una buena recepción. Tampoco es que la gente fuera desagradable, pero no funcionó y eso desespera cuando trabajas de manera muy intensa para darla a conocer».

Si tuviera que hacer balance de su trayectoria, Spall se considera un tipo «con suerte» al que también le han dado «unas cuantas patadas en el culo», pero que ahora se está viendo reconocido a pesar de llevar en el oficio desde los años 70. ¿Y qué le movió a seguir después de cada revés? «No sé hacer otra cosa. No sé, por ejemplo, cómo cambiar un enchufe. Interpretar es como una enfermedad que no puedo parar».

El actor ha recordado la anécdota que le contó un amigo, ya fallecido, cuando su hija le dijo que quería ser actriz y él lo desaprobó: «Querer no es suficiente. Si me dices que tienes que ser actriz, te diría entonces que para delante».

Timothy Spall ha mostrado en Sevilla una imagen completamente renovada, con el pelo blanco y muchos kilos menos. Pero no ha vinculado ese nuevo ‘look’ a las obligaciones impuestas por un guión. «En mi boca han dejado de entrar cosas que engordan. Me siento mejor que nunca».