Monteiro Freitas lleva su visión de Eurípides al Central

La creadora carboverdiana firma esta versión libre sobre la obra de Eurípides que es estreno en España

Monteiro Freitas lleva su visión de Eurípides al cental con «Las Bacantes» ABC

Marta Carrasco

Monteiro Freitas es una coreógrafa de Cabo Verde del que en España conocemos tan sólo a la cantante Cesárea Evora, algo que a la coreógrafa le hace sonreir. Bailarina desde niña, en grupos infantiles y de danzas urbanas en su país, pronto dio el salto a Europa para terminar estudiando en la prestigiosa Escuela P.A.R.T.S de Bruselas.

Este fin de semana estrena en el teatro Central de Sevilla la obra «Bacantes» preludio para una catarsis», una versión libre sobre la clásica obra de Eurípides que hace su estreno nacional en nuestra ciudad, y que luego se podrá ver en los teatros del Canal de Madrid y en el Mercat de les Flors de Barcelona .

La obra, que viene de festivales tan prestigiosos como el de Montpellier , se ha podido ver en numerosos teatros de Europa donde ha obtenido un gran éxito.

El proyecto fue una propuesta del Teatro Nacional de Lisboa , «aunque primero me ofrecieron hacer “Medea”, pero me pareció más interesante “Bacantes”, porque tenía más relación con el trabajo que estaba haciendo en ese momento, y además, con Eurípides hay ese juego de dos espejos, donde está el delirio, el peligro, el misterio, ese juego de las apariencias tan interesante, y siempre en medio rondando la tragedia», afirma la creadora.

Ocho bailarines y cinco trompetistas en escena componen este montaje que según Marlene Monteiro , «tiene también algo de dionisiaco, pero para mí es una lectura coreográfica del texto de Eurípides que creó un texto con respecto a un ritual que sí existía en la realidad».

Otro de los aspectos de la obra es la cuestión referente a las máscaras griegas , «en el teatro griego la gente veía sólo la máscara, pero no al actor. En mi obra no funciona así, porque trabajo con las situaciones», afirma la coreógrafa.

Para Marlene Monteiro, «se trata de una tragedia donde la polaridad entre lo racional y lo irracional está más marcada, y no se termina de entender del todo, por eso tenía tanta curiosidad en trabajar esta obra», donde tienen también mucho que ver las fiestas «dionisiacas» y los rituales de la antigua Grecia .

El montaje termina con un «Bolero» de Ravel en uno de los más insusitados finales de esta propuesta sobre esas Bacantes o Ménades femeninas.

La coreografía es muy física, intensa, incluso hasta extenuante, «creo que esta obra es una de las apuestas de la temporada del Teatro Central, uno de los platos fuertes de esta temporada en danza. Marlene Monteiro es una de las coreógrafas más importantes de su generación, y protagoniza la renovación del arte en movimiento», afirmó el director artístico del teatro, Manuel Llanes.

Es la primera vez que Marlene Monteiro Freitas se enfrenta a una pieza de esta envergadura, un formato que, «ha fascinado a todos aquellos que la han disfrutado, entre los que se encuentran espectadores del Festival de Artes de Bruselas o el Festival de Otoño de París. De este espectáculo nadie sale indemne», añadió Manuel Llanes.

Marlene Monteiro Freitas se formó además de en la escuela P.A.R.T.S., en la Escola Superior de Dança y la Fundación Calaouste Gulbenkian de Lisboa. En su país de origen fundó el grupo de danza Compass y colaboró con el músico Vasco Martins.

A lo largo de su carrera como intérprete ha trabajado con Emmanuelle Huynh, Loïc Touzé, Tania Carvalho, Boris Charmatz, entre otros.

Bienal de Venecia

Además de «Bacantes-preludio para una catarsis», estrenada en el 2017, ha realizado coreografías como «Jaguar» en 2015 con Andreas Merk, por la que obtuvo el premio a la mejor coreografía en Portugal; «Mmimosa», creada en colaboración con Trajal Harrell, François Chaignaud y Celicia Bengolea en 2011, entre otras obras.

La Bienal de Venecia le ha otorgado el León de Plata de la Danza, y colabora permanentemente con ‘O Espaço do tempo en portugal, en su programa de «Artista asociado». Además, es cofundadora de P.O.R.K. una estructura de producción en danza en el país luso. La obra tiene una duración «belga»: dos horas y cuarto en el que la escena es compartida entre los trece intérpretes, músicos y bailarines.

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