EXPOSICIÓN

La década en la que Robert Capa cambió la guerra por la «dolce vita»

El CaixaForum de Sevilla presenta hasta el 13 de mayo una muestra sobre su reinvención como fotógrafo a color

Una esquiadora en una estación de esquí suiza a finales de los años 40 ROBERT CAPA

JESÚS MORILLO

El nombre de Robert Capa figura, quizás más que el de cualquier otro fotógrafo del siglo XX, en la leyenda del fotoperiodismo . Entre las imágenes que capturó con su cámara, primero junto a su pareja Gerda Taro y en solitario tras la muerte de esta en la batalla de Brunete, están algunas de las más icónicas de la Guerra Civil española, como la famosa «Muerte de un miliciano» , pero también de la II Guerra Mundial , como las de las tropas desembarcando en Normandia.

Robert Capa también ha pasado a la historia como cofundador de Magnum , la prestigiosa agencia de fotografía que revolucionaría el fotoperiodismo, en aspectos que van desde la ética y la estética del punto de vista informativo a la propia propiedad intelectual de las imágenes.

El papel como fotoperiodista de guerra y como fundador de Magnum ha oscurecido otras facetas de quien nació como Endre Ernö Friedmann en el seno de una familia judía en Budapest en 1913 y que murió 41 años después tras pisar una mina antipersona en la guerra de Indochina .

Una de ellas, su reinvención como fotoperiodista tras la II Guerra Mundial explorando las posibilidades de la fotografía en color es el tema de la exposición «Robert Capa en color» , que puede verse desde hoy hasta el próximo 13 de mayo en el CaixaForum de Sevilla . La muestra está organizada por la Obra Social «la Caixa» y el International Center of Photography .

Ava Gardner en un momento del rodaje de «La condesa descalza» ROBERT CAPA

Un viaje, a través de 150 fotografías datadas entre 1941 y 1954, que muestran cómo se reinventó como Robert Capa, quien, pese a su afinidad ideológica con el comunismo, dejó de lado los temas políticos para dedicarse a los grandes reportajes para Life y Holiday , donde publicó historias de sus viajes a la Unión Soviética , junto a John Steinbeck , a un recién fundado Israel y a Marruecos, pero también instantáneas de destinos de la «jet set» internacional y la «dolce vita» , como Roma, París, Biarritz, Deauville y las estaciones de esquí de los Alpes.

Fotos de brillantes colores que retrataban la sociedad de consumo surgida tras la guerra y que tenía en el cine y el «star system» una nueva forma de asomarse al mundo. Por ello, la muestra presenta también instantáneas de rodajes de directores como Orson Welles y John Houston , junto a actores como Humphrey Bogart y Ava Gardner , escritores como Truman Capote y Hemingway , y artistas como Pablo Picasso , y una estrella, como Ingrid Bergman , con la que mantuvo una relación.

En este uso del color para el fotoperiodismo, Robert Capa fue un pionero, apostando por el nuevo formato tan solo dos años después de que Kodak desarrollara Kodachrome , el primer rollo de película a color. Fue durante la guerra chino-japonesa en 1938 cuando probó esta nueva película tras pasarle un carrete un fotoperiodista suizo.

Fotógrafo emocional

Sin embargo, como señaló la comisaria de la exposición y conservadora del International Center of Photography, Cynthia Young , los grandes medios periodísticos no vislumbraron las posibilidades de la fotografía en color frente al blanco y negro hasta los años 90. « The Times publicó en 1997 su primera foto de portada en color», explica, pues hasta entonces este tipo de fotografía había quedado circunscrito al campo de la publicidad .

A pesar de ello, Capa vio muy pronto el potencial de la nueva técnica, «porque era el futuro », señala Young, convencida de que si el fotógrafo hubiera vivido la transición de lo analógico a lo digital hubiera abrazado la fotografía digital.

Pablo Picasso en la Costa Azul junto a su hijo ROBERT CAPA

«El color era información» para Capa, añade la comisaria, quien sitúa su trabajo siempre dentro del ámbito del fotoperiodismo y de la necesidad de informar con sus instantáneas. «No piensen en él como un fotógrafo estético, sino emocional », afirma.

Pero a pesar de esta nueva orientación de su fotografía, la guerra, que Capa lo consideraba «el trabajo de verdad», lo siguió llamando y marcó su último trabajo en Indochina , donde perdió la vida y cuyas últimas instantáneas ponen el epílogo de las armas a una etapa en colores brillantes lejos de los rigores del blanco y negro de los conflictos armados .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación