Qué plan
Córdoba, ocio al borde del Guadalquivir
Visitamos algunas de los bares de copas y restaurantes más interesantes de la zona de La Ribera
Era un hecho natural que el centro de gravedad del ocio cordobés tarde o temprano acabaría desplazándose a los márgenes del río Guadalquivir. La remodelación urbanística operada en esta zona privilegiada de la ciudad hace unos años permitido aflorar restaurantes y bares de copas altamente recomendables. Por ejemplo, el Sojo Ribera , epicentro del resurgir que experimentó el área, cuya ubicación en la terraza superior de un aparcamiento ofrece una estampa formidable del río y sus inmediaciones.
El amplio local está excelentemente decorado y permite disfrutar de diversos ambientes, en interior y exterior, según apetezca escuchar la música con más o menos decibelios. En todo caso, la visibilidad del Guadalquivir es máxima desde cualquier punto del local , gracias a la concepción aérea de su estructura. Funciona bien en todas sus franjas horarias: desde el vermú de mediodía, el café de la sobremesa, la copa de media tarde y la copa larga de madrugada.
De público acomodado, Sojo Fusion ha sabido captar una clientela que hasta ahora estaba huérfana de oferta en la zona. Goza igualmente de una decoración muy cuidada y combina una carta de tapas creativas con un espacio de café y copas. Dispone de un velador con vistas al río idóneo para las tardes de primavera y las noches de verano. El establecimiento hace esquina con la calle Enrique Romero de Torres , prolongación de la Plaza del Potro, donde históricamente han convivido varios restaurantes frecuentados por el turismo.
Justamente en la esquina opuesta abrió en 2012 la Taberna del Río , un local de tapas. Aquí la decoración huye del estilo clásico y busca un sabor más contemporáneo. Su ubicación también es extraordinaria y dispone de una terraza justo en la línea de la Ribera, no muy lejos del Molino Martos y de la exuberante vegetación que ha brotado salvaje en el conocido como Balcón del Guadalquivir. Este emergente núcleo de bares de copas y tapas se encuentra a un suspiro del corazón de la Córdoba histórica . Desde el mismo paseo de la Ribera se puede contemplar el Puente de Miraflores y, un poco más allá, el Puente Romano que, desde su peatonalización, se ha convertido en una sublime pasarela desde donde admirar la grandeza de la Mezquita Catedral.
Todo el conjunto ha sufrido una revitalización en los últimos años y menudean establecimientos de ocio, principalmente en la calle Cardenal González y aledañas. Es preciso citar al Barón, en la Plaza de Abades , una pequeña taberna donde se puede beber buen tinto y tapas frías; o el Cazador de Iconos , para tomar copas o escuchar ocasionalmente música en vivo en un acogedor establecimiento decorado con piezas de arte que están a la venta al público.
En la calle San Fernando, a pocos metros del lugar, existen dos locales para comer y beber vino con una imaginativa carta y buen servicio: Garum y La Boca . El bar de copas Amapola , ya en la Ribera, completa una apreciable oferta de ocio que ha relanzado la zona como una de las más atractivas de Córdoba para pasar una óptima noche de verano.
Jamón y vino selecto en ruta
A menos de una hora de Córdoba capital, el viajero puede perderse por el hábitat de uno de los mejores jamones del mundo o el intimismo de los caldos del marco Montilla-Moriles. El poeta cordobés de Grupo Cántico Juan Bernier define a la comarca de Los Pedroches como la «azotea inmensa de la Sierra» . El hábitat perfecto para que surja uno de los mejores jamones del mundo gracias a la crianza milenaria y empatía cultural del cerdo ibérico con el buen hacer de sus habitantes. La Denominación de Origen de Los Pedroches está respaldada por la Unión Europea.
Gracias a la vocación emprendedora de numerosas empresas de la zona, se ha puesto en marcha una serie de rutas bajo la marca de «Turismo de Bellota» con una completísima oferta turística para saborear en todos los sentidos este manjar. Hablamos de un compendio de secaderos, restaurantes, alojamientos rurales en cortijos y hoteles con encanto , amén de la sobriedad y el patrimonio de sus pueblos, y una vasta dehesa que configuran un inmejorable mosaico donde poder conocer de primera mano la inmemorial crianza del cerdo ibérico y su infinita riqueza. A través de la web del Patronato Provincial de Turismo o en turismodebellota.com se abre una amplia carta de servicios para disfrutar de una comarca única con parada obligada en Pozoblanco y Villanueva de Córdoba.
Para los amantes del vino, su crianza, cultura y producción, proponemos un viaje al intimismo del marco Montilla-Moriles . A través de la A-45, el enlace con la cuna de estos recios e inconfundibles caldos se hace en media hora desde Córdoba. Un fin de semana con mucho más que vino en Montilla-Moriles, por ejemplo.
Por un lado, la ruta de los lagares que propone la Asociación de Lagares de la Sierra de Montilla, y que permiten conocer el proceso de elaboración y crianza de los caldos de la tierra en los más emblemáticos : Los Borbones, Cañada Navarro, La Primilla, Los Raigones, Saavedra y Lagar Blanco. En apenas cinco horas, el visitante puede disfrutar de un desayuno molinero e ir, posteriormente, descubriendo las claves del cultivo, molturación, fermentación y producción de los vinos. Todo ello acompañado por menús caseros y una degustación permanente de los selectos caldos de la zona. Los organizadores recomiendan las visitas en grupos de al menos 25 personas . A través de montilla.es, la página oficial del Ayuntamiento, pueden obtenerse más detalles de esta ruta.
El Consejo Regulador Montilla-Moriles , por otro lado, y a buenos precios, plantea en su web una ruta para todo un fin de semana con alojamiento en hoteles urbanos, inmersos en la Red Vinarea, con visitas a centros culturales y patrimoniales de la zona y un recorrido minucioso y rico por bodegas, lagares y oficios genuinos, amén del componente gastronómico
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