Crítica de Música

Colosal Sokolov

Crítica del recital de piano de Grigory Sokolov este martes en el Teatro de la Maestranza de Sevilla

Grigory Sokolov ABC

Carlos Tarín

El romántico encuentra en el piano el instrumento capaz de recoger todas sus inquietudes, pulsiones, deseos y sentimientos, y además le proporciona la autonomía suficiente para no depender de nadie más para expresarse. En Chopin , además, se añade su ser polaco y la continuada defensa de este pueblo sobre los intentos de dominación rusa, lo que entronca con la relación del romántico con su tierra, ya fuese ciudad, región o país.

Así que las polonesas que ocupaban la primera parte del programa representan al Chopin más puro (las compone desde el inicio de su carrera), y concretamente las del periodo de madurez, de la depurada técnica interpretativa y compositiva del autor, que ofrecen una densidad que el pianista debe saber administrar: una mano izquierda muy activa, compartiendo el centro con la derecha, que a la vez delega en los dedos más cortos la melodía, por lo general cargada de adornos, que deben sobresalir.

La más famosa de las presentadas, la 'Heroica' , en su parte central tiene una inquietante sección en la mano izquierda que repite cuatro rápidas notas por octavas (la misma nota en agudo y grave) en bucle ('ostinato'), y sobre tan tensional momento (que alguna leyenda quería relacionar con el avance de los ejércitos rusos) discurre plácidamente la melodía por acordes. Parece mentira que todo eso se pueda tocar, pero pianistas de este calado parecen hacerlo sin mucho esfuerzo.

De la misma manera, los muy agitados ánimos del autor llevaron a abruptas dinámicas que estallaron en fortísimos y que al poco se disolvían en caricias de terciopelo: es espectacular cómo Sokolov puede pasar de una pulsación hercúlea a otra sutil y evocadora en cuestión de segundos… Y a pesar de todo, todavía nos atrajeron más los 'Preludios' de Rachaminov , ya sea por su paisanaje, por sus texturas más definidas o la rica inventiva de cada uno de ellos. El nº2 tiene otro arranque de la mano izquierda tremendo, y también con melodía acórdica, pero aquí ambos en fuerte, que nos resultó verdaderamente sobrecogedor.

Como también lo fue su enfoque de ese tardorromanticismo que recogen algunos preludios , incluso los más conocidos por su dificultad técnica (nº 5, 7, 8) . Dejemos constancia de una pocas notas falsas a lo largo el recital, lo que no es habitual en él. Suponemos que para no excederse en el tiempo, sólo ofreció una propina: más Chopin con la 'Mazurca' en La menor, con los trinos más perfectos que hayamos oído nunca en directo. Por cierto, el piano lo «traía» él.

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