Prince y la profecía pop de la era de la desinformación: 'Welcome 2 America'

Este viernes se publica el primer disco póstumo del músico de Minneapolis con material inédito

Nacho Serrano

Prince murió en 2016, el año en que el término 'fake-news' empezó a, ejem, viralizarse. Pero él llevaba dándole vueltas a esa inquietante conceptualización desde hacía tiempo, más de un lustro, cuando empezó a escribir las canciones de un disco en el que la desinformación sería la personaje protagonista ('Miss-information') de una historia de futuro distópico que hoy ya es más que una realidad. «Prince estaría absolutamente aterrorizado si viera hasta qué punto ha llegado el problema de la desinformación», dice uno de sus grandes compañeros de trabajo, el teclista, director musical y productor Morris Hayes. «Ahora, cuando veo la situación en la que estamos hoy, pienso todo el tiempo en lo que dijimos en aquel disco. 'Miss-information' está desatada, y estoy seguro de que Prince tendría mucho que decir al respecto si siguiese vivo componiendo canciones».

Hayes habla de 'Welcome 2 America' , un álbum grabado en 2010 en el que Prince plasmó cual augur sus presagios de polarización y conflicto racial en una sociedad que, según él, empezaba a denotar claros síntomas de convulsión y delirio colectivo. «Creo que Prince quería abrirnos los ojos y recordarnos la importancia de la espiritualidad con este disco», opina Hayes. «Al menos eso es lo que yo entendí cuando me explicó cuál era su objetivo, su meta. Creo que las cosas que estaban empezando a ocurrir en el mundo le pedían a gritos que hablara de ello en su música, pero visto desde la perspectiva del tiempo, ahora su perspicacia es más impactante».

Cuando el autor de 'Purple Rain' le contó a Morris de qué iba su nuevo proyecto, el teclista pensó que «ya era hora de que alguien se ocupara de estos temas», y tuvo claro que en la industria de la música «no había nadie mejor que él para envolverlos en un artefacto pop tan original». Para empezar, porque el propio Prince tenía una relación relativamente cauta y sensata con la tecnología. «Siempre estuvo interesado en ella, pero conocía su potencial tan bien como sus peligros. Sabía que tenía un enorme potencial de abuso, y tuvo tiempo de ver cómo éste empeoraba y empeoraba. Por eso nunca tuvo un teléfono móvil, y sólo usaba el de las personas que tenía a su alrededor en cada momento. Lo curioso es que memorizó todos los números de teléfono a los que quería llamar. Nos pedía que los marcásemos y después le diéramos el teléfono. ¿Quién recuerda los números de teléfono ahora?».

Además de este enfoque radicalmente social, 'Welcome 2 America' se distingue de otras grabaciones conjuntas de Prince y Morris por su propio proceso de creación. «Lo que fue particularmente diferente de este álbum es que Prince me llamó para que fuera a su casa y escuchara las maquetas», recuerda. «Nos sentamos en el coche, le gustaba escuchar música ahí sentado. Hablamos de cada canción y después me permitió llevarme el CD que había hecho de las sesiones, para extraer lo necesario. También me permitió trabajar en él desde casa, lo cual era muy inusual ya que a él le gusta trabajar sólo en el estudio. Así que tuve una sensación completa de libertad, y pude concentrarme en los sonidos, en ver cómo ensamblar las diferentes partes y ese tipo de cosas. Básicamente, yo traía al estudio la pista que completaba cada día, y él me hacía saber si le gustaba o no en el acto. Aprobó todo lo que propuse, así que fue una gran satisfacción para mí».

Durante la creación de 'Welcome 2 America', Morris profundizó en su percepción de Prince como alguien realmente preocupado por tener algo que decir. Algo importante. «Prince siempre fue un poeta más que nada. Odiaba las malas letras, y le encantaban las canciones bellamente escritas. Amaba la música con mensaje, era muy importante para él. Incluso a la hora de elegir los títulos. Durante aquellas sesiones, solía decirme todo el tiempo: 'Morris, mira los títulos de las canciones. Son como los de las canciones que solíamos amar, 'Shining Star', 'You can make it if you try' y todos esos clásicos». Y efectivamente, el álbum contiene tonadas de nombre empoderante como 'One day we will all B free' o 'Stand up and B strong', y letras con mordaces críticas a superficialidad de las redes sociales, el culto a los famosos alimentada por la telerrealidad, o los monopolios empresariales en la industria de la música.

La gran pregunta que rodea a 'Welcome 2 America', y que obviamente Morris está esperando que le lancemos, es ¿por qué no se publicó? ¿por qué se quedó guardado en un cajón? Él tiene su teoría, pero advierte que en realidad, nadie lo sabe. «Nunca llegó a decírmelo, pero si tuviera que adivinarlo, yo creo que estaba pensando en hacer una nueva reencarnación de su grupo New Power Generation (NPG). Si iba a hacer un álbum tan grande, necesitaba que todos estuvieran a bordo al cien por cien para lanzarlo. Por ejemplo, si Tal o Chris no podían cumplir con las agendas en su totalidad, entonces pospondría el proyecto hasta el momento en que todos pudieran hacerlo». Se refiere a la bajista Tal Wilkenfeld y al batería Chris Coleman, que junto a las colaboraciones adicionales de las cantantes Shelby J., Liv Warfield, y Elisa Fiorillo, formarían esa alineación del NPG.

Poco después de completar el álbum, Prince se embarcó con todos ellos en una gira que incluyó actuaciones en varias ciudades de Estados Unidos, y que remató el 28 de abril de 2011 con el histórico '021 Nite Stand' en The Forum (en Inglewood, California), un concierto que se incluye en este lanzamiento y que hace llorar literalmente a Morris cuando lo recuerda. «Has tocado un tema muy emocional para mí. porque tienes toda la razón, en ese momento estaba pletórico. Y se le notaba en su humor. Estaba feliz, y no parábamos de reír. Esto es lo primero que me viene a la cabeza de esa época, sus risas. Me encantaba escucharlo reír, y por eso me convertí en el bufón de la corte muchas veces, para hacerle reír. Es una de las cosas que más echo de menos de él».

Diez años después de aquellos maravillosos meses, a Morris se le nota que necesita desmentir ciertos prejuicios que el gran público tenía respecto a Prince. «Era una persona muy benevolente, de esas que harían lo que fuera por echarte una mano cuando lo necesitas. Hizo actos de bondad que la gente no conoce, como cuando daba dinero para ayudar a escuelas y organizaciones benéficas en las ciudades que íbamos visitando, renunciando a darse publicidad por ello, exigiendo que no se diese su nombre para que nadie pensase que quería llevarse el mérito de algo». Del orgullo y el agradecimiento, Morris pasa a la veneración cuando dice que Prince era un héroe para él. «Era Superman, y lo era todo el tiempo. Nunca se convertía en Clark Kent. Y era un tipo que te hablaba con el corazón en la mano. Lo que veías en él era lo que tenías de él». También dice que «era la definición del artista personificada, una celebridad a la que otras celebridades admiraban, un pensador, un vanguardista que dejó una huella que se perdurará por los siglos de los siglos». Y vuelve a emocionarse cuando reconoce: «Quizás al final de su vida se hizo demasiado difícil ser Superman todo el tiempo».

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