¿Para qué sirve la SGAE?

La entidad nació hace más de cien años para gestionar los derechos de autor, pero a día de hoy todavía hay quien desconoce su funcionamiento

La nueva Junta Directiva de SGAE Efe

Nacho Serrano

El 16 de junio de 1899, Sinesio Delgado y Ruperto Chapí impulsaron la fundación de la Sociedad de Autores Españoles (SAE) para defender a los creadores de los abusos de los editores y recaudar los ingresos derivados de la explotación de sus obras. Casi 120 años después, la entidad sigue desarrollando la misma actividad en un entorno completamente distinto. Pero ¿qué hace exactamente la SGAE hoy en día?

Su principal función es emitir licencias del repertorio de los autores asociados (alrededor de 100.000) para su explotación y comercialización en cualquier soporte o formato. Así, es la encargada de recaudar el correspondiente pago por la reproducción, distribución y/o comunicación pública de obras literarias, musicales, teatrales, cinematográficas y audiovisuales dentro del estado español. Es decir, cada vez que una obra creada por un socio se interpreta, graba, representa, emite, proyecta o, incluso, se distribuye en Internet, la sociedad se encarga de que perciba los derechos de autor que le corresponden, tanto dentro como fuera de España.

El Consejo de Dirección de la SGAE, formado por su Presidente y 13 miembros de su Junta Directiva, es el que determina cada año las tarifas aplicables. Para ello recurre a complejos sistemas de información como herramientas informáticas que acceden a los programas confeccionados por los usuarios y que reflejan las obras utilizadas (televisión, cine, espectáculos, conciertos, ventas de música), o los sondeos (en cientos de emisoras de radio, discotecas y establecimientos análogos).

La SGAE no tiene ánimo de lucro. Cada vez que una de las obras de sus socios es utilizada comercialmente, su autor percibe una remuneración. Para ello, SGAE emite licencias no exclusivas a los usuarios (compañías tecnológicas, cadenas de televisión y emisoras de radio; salas de cine, teatros, auditorios; locales de ocio nocturno, restaurantes, cafeterías, etc.) de las obras dramáticas, audiovisuales y musicales, percibe las remuneraciones fijadas por su explotación comercial y las reparte entre los autores y editores, descontando exclusivamente los costes derivados de esta gestión.

Actualmente, existen siete entidades más de derechos de gestión autorizadas por el Ministerio de Cultura: Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) y Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión (AISGE).

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