El Palau de les Arts de Valencia, a la deriva y sin temporada aún para el próximo año

La dimisión del codirector musical, Fabio Biondi, es la última de una larga lista de anomalías desde su fastuosa inauguración, en octubre de 2005

El Palau de Les Arts de Valencia MIKEL PONCE

joaquín guzmán

Desde su fastuosa inauguración en octubre de 2005, el Palau de Les Arts de Valencia ha tenido que afrontar una situación anómala, prácticamente cada año. El último episodio ha sido la dimisión del codirector musical Fabio Biondi (Palermo, 1961), inmediatamente después de que el 10 de abril el diario « Las Provincias » publicara una encuesta interna de los músicos de la orquesta que lo dejaba en mal lugar, ya que no recibió ningún voto. En la misma situación se encuentra el actual director, Roberto Abbado, a quien desde hace tiempo no se le ve por la capital valenciana.

Si bien el codirector siciliano no se ha pronunciado expresamente sobre las causas de su salida, es muy posible que el tener conocimiento de esta encuesta haya sido el empujón que necesitaba para anunciarla. No hay que olvidar que el factótum de su llegada, Davide Livermore (Turín 1966), hizo lo propio meses atrás con la temporada ya iniciada. Es debido a ello que los aficionados valencianos se han acostumbrado a vivir en vilo esperando que se anuncie la siguiente temporada. Se agarran con esperanza al hecho de que, al menos, los fabulosos cuerpos estables con los que cuenta el teatro, auténtico corazón de Les Arts, se vean lo menos afectados por el ruido que no cesa a su alrededor.

Sin programación

Todavía no se sabe nada de la programación de la temporada 2018-2019, cuando es habitual que, a estas alturas, los grandes centros la tengan cerrada. Ya en su día, Helga Schmidt , hoy procesada por un presunto delito de malversación, se quejaba de esta circunstancia que provocaba que al no saber con qué dinero contaba para comenzar la siguiente, no podía cerrar hasta el último momento los contratos con cantantes y producciones. Debido a esto, los acuerdos se han llevado a cabo en condiciones económicas más gravosas.

A todos los problemas autóctonos hay que añadir una especie de «déjà vu», que toma forma anualmente por estas fechas y que tiene que ver con la financiación. Frente a los casi 10 millones de euros que recibe el Teatro Real , y los 7,1 más una aportación adicional de 1,2 millones para necesidades de tesorería que recibe el Liceo , el coliseo valenciano no supera los 600.000 euros. Por lo que Les Arts se encuentra atrapado entre las obligaciones de rigor presupuestario y restricción en la contratación pública impuesta por el Gobierno central, lo que le dificulta, entre otras cosas, ampliar la plantilla de su orquesta.

Después de tantas vicisitudes, no es la dimisión de Biondi un hecho de especial trascedencia. Se trata más de una cuestión coyuntural de relevancia limitada. Lo que verdaderamente preocupa al aficionado es conocer cuáles son los verdaderos propósitos de quienes rigen el destino de Les Arts. El interés social del centro debería ser algo difícilmente discutible, pero la altura de miras de quienes llevan el timón genera no pocas dudas.

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