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Melody Gardot - universal
entrevista

Melody Gardot: «Me gusta la gente con mentalidad flexible, siempre son los más creativos»

La cantante y compositora de Nueva Jersey descubre su lado más eléctrico y comprometido en su cuarto álbum de estudio, «Currency of Man», a la venta el 2 de junio

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Cuando uno escucha hablar a Melody Gardot, resulta difícil creer que acabe de cumplir los treinta. No sólo por las cosas que dice, también por cómo las dice. Transmite la seguridad y la relajación de quien ya ha visto casi todo. Su tono de voz es sereno y cercano, pero también extraordinariamente imponente y en sus palabras hay inocencia y sabiduría a partes iguales, como una gran dama del jazz con décadas de experiencia a sus espaldas. Le encanta hablar de temas extramusicales, siempre dejando clara su opinión, su posición ante la vida. Su personalidad es sin duda fruto de una vida intensa, marcada por el gravísimo accidente que sufrió en 2003, cuando un coche la atropelló mientras paseaba en bicicleta.

La recuperación fue dolorosa y complicada: necesitó tiempo para recuperar el sentido del oído, y desde entonces camina con bastón y sufre una hipersensibilidad visual que le obliga a llevar siempre sus gafas de sol.

Este martes publica su cuarto disco, un trabajo que rompe las fronteras musicales entre el jazz, el blues y el rhythm and blues, en el que ha unido fuerzas de nuevo con el productor ganador de varios Grammy, Larry Klein, con el que firmó el superventas «My One And Only Thrill». Su primera respuesta al teléfono dura más de diez minutos (aquí resumidos, obviamente) que poco (¿o quizá mucho?) tienen que ver con el lanzamiento de su disco, así que tenemos que recordarle que está de promoción, que hay que ir al meollo del asunto o nos matarán a los dos.

A nivel de letras, «Currency of Man» parece una declaración de principios a nivel social y humano, en la que se tocan muchos temas actuales. ¿Qué hay detrás de todo ello? ¿Esperanza? ¿Deseo de redención? ¿Resignación y aceptación de la condición humana?

-Te contaré qué es lo que ha inspirado este disco. Pero la historia real, la verdadera (se oye cómo enciende un cigarro y aspira). Una vez conocí a un hombre que estaba durmiendo en la calle, en Venice, California. Muy cerca de un lugar en el que los alquileres son altísimos, prohibitivos, de gente rica vaya. Pero él estaba en la zona pobre, a sólo unos metros de la rica. Estaba ahí, en un callejón, entre la basura. Mirabas a un lado y al otro, y parecía como si hubiera un muro de Berlín entre medias. A un lado había basura, ratas, gente mendigando, y al otro coches de lujo, perros recién salidos de la peluquería. De verdad, no quiero que esto parezca exagerado, pero era como la barrera entre el mundo de los vivos y de los muertos. En el lado rico todo eran sonrisas y cutis perfectos, en el pobre la gente deambulaba como zombies, escarvando en la basura para encontrar algo de comida. Yo acababa de salir de un restaurante. Y siempre que como en un restaurante, me llevo la comida que me sobra. Obviamente, me acerqué a aquel hombre y se la di. Era un hombre negro bellísimo, con unos ojos penetrante y preciosos, y mientras empezó a comer, me contó que era de Alabama, que había viajado al oeste para probar suerte. Empezamos a hablar de amor, religión, política, una conversación interesantísima (...), y en un momento dado le interrumpí y le dije: «¿Puedo hacerte una pregunta?». Él me contesto que sí, y le dije: «¿Te das cuenta de lo inteligente que eres? ¿Y de lo buena persona que eres? ¿Por qué no sales de aquí ahora mismo e intentas hacer algo con tus conocimientos y tu buena voluntad? Podrías ser incluso un predicador, si quisieras». Él me contestó: «No. He viajado mucho, he vivido mucho. Ya he visto demasiado, y creo que después de eso ya no pueda ser una buena persona. Nunca más. Estoy aquí simplemente esperando a que me llegue mi hora. Esperando a morir». En ese momento le abracé, y le supliqué que hiciera algo, que lo hiciera por mí. Pero entonces él miró al otro lado del "muro", y supe que jamás podría romperlo.

-¿Él sabía que estaba hablando con una artista famosa?

-No. Cuando no estoy sobre un escenario no soy nadie especial.

-¿Y cómo acaba la historia?

-Me quedé casi paralizada, observándole terminar mis sobras. Y me di cuenta de que cuando nadie te apoya, nadie te valora, sino que es al revés, te desprecian y te pisotean, es imposible ver ninguna luz al final del túnel. Abandonas la esperanza, y te abandonas a ti mismo. Pierdes la fe. Y empiezas a pensar que ese es tu destino. Pero mientras puedas ver, oler, oír, sentir, siempre hay esperanza. Eso es lo que le dije, y así me despedí de él, con las lágrimas cayendo por mis mejillas.

-Leer esto vendrá muy bien para reinterpretar las canciones de su nuevo disco.

-Espero que hablen por sí solas (risas), pero sí es verdad que a veces, conocer el trasfondo de un proceso creativo puede dar un nuevo valor a las cosas. Lo que quiero decir con este disco es que tenemos que hacer sentir bien a los demás, que la generosidad al reconocer los aciertos de los demás debería mover el mundo. Si te sientes reconocido, da igual que te falte la comida o el agua, sigues adelante. Si no recibes amor, si no recibes reconocimiento, sólo te queda esperar la muerte. Empiezas a sentirte como un desperdicio. Y esto se ha convertido en un mal sistémico, que beneficia a personas con nombres y apellidos. Mis canciones hablan sobre esto.

Un poco de serenidad

-Un mensaje realmente inspirador... ¿Tiene alguna esperanza en que la política pueda cambiar algo?

No lo sé. Lo que sí sé es que todavía subsisten sociedades en las que los políticos no son necesarios. Por supuesto son pequeñas tribus, pero la eficacia de su funcionamiento debería hacernos reflexionar. Cada vez que creamos algo nuevo, creemos que hablamos de progreso, pero ese sentido se ha perdido por completo. No importa que la naturaleza o los seres humanos se vean perjudicados en el proceso necesario para crear ese «progreso». Tenemos que romper con ese punto de vista. Si se observa cómo está el mundo con un poco de serenidad, se ve perfectamente.

-Volviendo a los aspectos más musicales, ¿diría que ha estado más cómoda que nunca en el estudio?

-Sí, absolutamente. Y en eso ha tenido mucho que ver el equipo que ha trabajado conmigo. Si quieres ser creativo, necesitas a gente creativa a tu alrededor, que tu equipo no esté formado por personas de mentalidad cerrada, sino flexible. Esas personas son siempre las más creativas.

-El disco tiene más guitarra que piano esta vez, y tiene un aire muy cinemático, ¿intentó darle este feeling al establecer el orden de las canciones?

-Sí, es totalmente intencionado. Quería demostrar que soy capaz de contar una historia a través de una grabación. Y eso no influyó en el tracklisting, también en la música en sí. Tuve largas charlas con los músicos para que lo entendieran, que había una historia, una idea detrás, que exigía una coherencia a la hora de ser narrada.

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